lunes, 17 de diciembre de 2007

MIEDO A LOS DISPAROS

En este artículo pretendemos hacer un tratamiento del miedo a los disparos. Comenzando desde el origen de este trastorno, ver si el cachorro lo hemos criado nosotros o si es comprado. Diferenciarlo de otros miedos, y su tratamiento, también en función de la raza que sea. Comenzaremos por el periodo más crítico del animal, y donde aprende casi todo.

Sergio Otal

Socialización

Al periodo de socialización se atribuye la génesis de varios problemas de comportamiento

El periodo del desarrollo más importante en un perro es el de la socialización. A este período se atribuye la génesis de varios problemas de comportamiento, debido esencialmente a un empobrecimiento o a una perturbación del desarrollo comportamental: socialización insuficiente a la especie canina o a la especie humana, miedos, fobias o ansiedad ante diversos estímulos (aquí estaría el origen del miedo a los disparos, tan frecuente en perros de caza).


Foto: Gago

El periodo de socialización tiene lugar de los 21 días hasta las 21 semanas y culmina dos etapas del desarrollo previas que son el período neonatal (0 a 15 días) y el período de transición (15 a 21 días). Se menciona también al período prenatal.

En estos tres períodos el animal va a adquirir competencias sensori-motoras:

Período neonatal

Día 0 a día 2: inicio del apego de la madre a sus cachorros.

Día 0 a 15: orientación táctil, reflejo de hurgar positivo (para mamar), reflejo labial positivo.

Día 0 a día 5: fase de flexión (predominio de los músculos flexores).

Día 5 a 18: fase de extensión (predominio de los músculos extensores).

Día 18 y más allá: fase de normotonía (tono normal).

Día 0 a día 21-28: reflejo peri-anal positivo.

Período de transición

Día 10 y día 16: abre los ojos, inicio del apego de los cachorros a la madre.

Día 16 y día 21: inician las vocalizaciones complejas.

Día 20 a día 25: orientación visual.

Día 15 y día 18: autonomización motora.

Período de socialización

Entre día 21 y 25: reflejo de sobresalto positivo, audición funcional.

Día 21 a día 90-120: impronta (fuerte sentido de pertenencia social a la madre, identificación a la especie).

Día 28: mueve la cola en situaciones agradables.

Día 30 a 35: principio de la adquisición de la mordida inhibida.

Día 40 y 45: busca husmeando el sitio de sus deyecciones precedentes, de 3 meses hasta un año: desapego de los machos.

Las hembras se despegan al primer o segundo celo.

Durante este período:

—Entre las 3 y 5 semanas el cachorro es atraído por todos los seres vivos que encuentra, cualquiera sea la especie. Desarrolla un apego a estos individuos.

—Después de las 5 semanas la atracción por los nuevos seres disminuye.

Todos estos periodos de tiempo son un poco generales y orientativos.

Así pues en estas épocas del cachorro se desarrollan buena parte de las pautas de conducta que a lo largo de su vida serán muy importantes.


Foto: Kety

Aquí es lo mejor para adaptarlo al cachorro a su futura vida, especialmente a los estímulos sensoriales, este momento es el ideal para acostumbrarlo al disparo, porque ahora no tendrá miedo, salvo que su madre o nosotros se lo hayamos enseñado. Debido a que si él nos ve con miedo, él también adoptará esa actitud y lo mismo con su madre.

Si el perro está con nosotros desde que era cachorro ya se habrán creado con él unos vínculos y sabemos cómo hacerlo en el periodo de socialización para evitar futuros miedos a los disparos.

Perro adquirido

Si el animal ha tenido un periodo de socialización adecuado, es bastante probable que no tenga miedo a los tiros

Pero si el perro lo adquirimos de edad más avanzada, es decir siendo joven o de adulto, os aconsejo que antes de sacarlo al campo y ver su predisposición a los disparos, creemos unos vínculos con el animal. Es completamente necesario que cuando el animal llegue se habitúe a su nuevo lugar de residencia, a sus nuevos compañeros, líderes… y por lo tanto necesario la creación de ese vínculo entre el perro y tú.

Habituación

Lo primero a su llegada es comprobar cómo ha pasado su periodo de socialización, ver su jerarquía, cómo se comunica… Así podremos ver el tipo de vida que ha tenido. Si el animal ha tenido un periodo de socialización adecuado, es bastante probable que no tenga miedo a los tiros, para ello podemos fijarnos en cómo se relaciona con otros animales, ver si se comunica adecuadamente con otros perros, esto es muy importante ya que marcará su vida, si no sabe comunicarse adecuadamente los demás perros no entenderán lo que quiere decir y estará metido en cuantiosas peleas. Y ver su jerarquización, así podremos saber cómo tratar al animal, ver si el animal es dominante o sumiso, ver con quien es dominante… Desde su llegada el animal estará buscando su lugar, generalmente intentará ser el líder de la nueva «manada» o casa a la que llega. No le dejes nunca, él debe tener claro que tú eres el líder de la casa.


Foto: Compedrosu

En todo este tiempo puede ser precipitado sacarlo a la caza, debido a que podemos decepcionarnos con el animal, porque tiene miedo al disparo, porque se va corriendo, no hace caso… Cuando en realidad lo que le ocurre es falta de habituación. Por eso os digo que es necesario que el animal se habitúe a vosotros, a vuestro estilo de caza…

Actitud ante los disparos

Una vez el perro se ha habituado a nosotros y decidimos sacarlo al campo, tan malo es que el animal tenga miedo a los disparos como que permanezca inmóvil ante él. El animal debe saber que el disparo forma parte de la caza y como tal debe entenderlo. Debe entender que sin disparo no hay caza, y debe tener clara su actitud ante él.

El animal debe saber que el disparo forma parte de la caza y como tal debe entenderlo. Debe entender que sin disparo no hay caza, y debe tener clara su actitud ante él

Al inicio puede ser normal que el animal se sorprenda, al igual que nosotros si de golpe oímos un petardo, o un fuerte ruido… crea una sorpresa la que con el tiempo nos habituamos.

Cabe una mínima posibilidad de que el miedo sea genético, y en discusión. El miedo por lo tanto casi siempre será adquirido, bien porque lo ha aprendido de su madre, de otros perros, de personas… o bien porque ese miedo ha evolucionado. Es bastante frecuente que el miedo evolucione de un miedo a otro…

No confundir con otros miedos

Por lo tanto antes de actuar frente al miedo a los disparos es necesario estar seguro que se trata de ese miedo. En la consulta nos encontramos a menudo otros trastornos que se confunden con el miedo a los disparos. Por ejemplo la falta de afición del animal, miedo al olor a pólvora… El miedo al olor de la pólvora, y otros similares, son los miedos que evolucionan, de los que hemos hablado, debido a que en su origen pudo ser miedo al disparo, luego pasa a miedo al olor a pólvora, porque va ligado al disparo, y de allí puede pasar a otro tipo de miedo.

Nunca debemos hacer

Una vez determinado el miedo, hay algunas cosas que nunca se deben hacer.

Nunca atar al animal, dejarlo encerrado… lo único que conseguimos con eso es fomentar su ansiedad, y cada vez irá a peor. Si el animal cuando oye el disparo muestra miedo y lo encerramos o lo dejamos solo, lo que hacemos es aumentar la ansiedad que le provoca ese miedo.


Foto: cota

Nunca darle comida, caricias… cuando el animal muestra el ataque de miedo. Como antes conseguiremos aumentar más su miedo. Si hacemos esto estamos consiguiendo que el perro asocie un acto gratificante como es la comida o las caricias con los ataques.

Al inicio debemos intentar no disparar en zonas de eco, ni en momentos de inestabilidad emocional del animal.

Iniciación al disparo

Nos encontramos a menudo otros trastornos que se confunden con el miedo a los disparos. Por ejemplo la falta de afición del animal, miedo al olor a pólvora…

Si al iniciarlos en el disparo hay otros perros, debemos saber siempre que existe una identificación del perro joven con el otro perro y que éste no le tenga miedo al disparo, si no el perro joven podrá tener miedo adquirido.

La solución para iniciarlo al disparo o para tratar de paliarlo es simple, asociación de estímulos.

Debemos conseguir que el perro asocie un momento agradable para él con el disparo. En función del grado de miedo que tenga, y del tipo de perro que sea se hará de una forma u otra.

Solucionar el miedo a los disparos

Para todos los perros, independientemente de su raza, nos servirá empezar con las detonaciones a baja intensidad. Para ello podemos usar una grabación, realizada con un equipo de alta calidad. O bien realizar el disparo a bastante distancia. Debemos asociar el momento de darle de comer al animal, iremos nosotros, y alguien puede disparar a una distancia lejana, o bien usar nosotros la grabación. La idea es que el animal esté absorto en lo que está realizando y que es gratificante para él. Para ello es necesario que el animal tenga hambre y que esté concentrado en lo que está comiendo. Ésta misma acción podemos hacerla cuando estamos jugando con él, cuando lo sacamos a pasear… todas las acciones que veamos que son gratificantes para él.


Foto: Piedrallada

Los disparos o las grabaciones siempre se harán de menos a más. Si son disparos se harán a una distancia lejana y poco a poco se irá acortando esa distancia, o bien se usará una munición que haga menos ruido. Y si es una grabación, se irá aumentando el volumen gradualmente.

Una medida más severa, y que hay que realizar con muchísimo cuidado consiste en el aislamiento del animal, y realizar la misma operación que antes cuando vayamos a darle de comer, a pasearlo… En este caso al estar aislado el animal lo que conseguimos es aumentar su concentración y su absorción cuando está comiendo, paseando…

Posibles variaciones según la raza

Dependiendo de la raza podemos aprovechar su principal virtud. Así, en perros de cobro, si ya tenemos al animal que nos cobra la pieza (para lo cual ya lo habremos enseñado con pelotas, perdices…) usaremos el momento que más disfruta para asociarle el disparo. En este caso sería cuando el animal está cobrando, él está disfrutando con lo que está haciendo, está feliz y concentrado en su labor, entonces aprovechar este momento para efectuar el disparo.

Si es un perro de muestra, aprovecharemos el momento de la muestra. Y si es un perro de rastro se aprovechará el momento que el perro está concentrado en el rastro.

En estos casos ya podremos ver si el animal presenta sólo miedo al disparo o a otros lances de la caza, porque si es miedo al olor a pólvora, si usamos una grabación lo podremos diferenciar muy bien.

Os aconsejo que nunca hagáis esto sin la supervisión de un especialista, porque en lugar de solucionar el problema, con toda vuestra buena fe, lo que podéis hacer es aumentarlo y echar a perder el perro.

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