martes, 30 de octubre de 2007


www.Tu.tv

lunes, 29 de octubre de 2007

La Asociación Española del Podenco Andaluz y Maneto participará en la Feria del Perro

29/10/2007 | Gaspar Malia

El pasado 10 de octubre la Asociación Española del Podenco Andaluz y Maneto mantuvo la primera reunión con la Concejala de Festejos de Archidona, María José Casado Lara, y con Francisco Jiménez, miembro de la Comisión y organización de la Feria del Perro, con el fin de ir dando forma a la edición XVI e intentar subsanar errores anteriores, además de atender numerosas peticiones de los criadores de Podencos Andaluces y Manetos.

Casi con total seguridad la próxima Feria del Perro va a tener lugar durante los días 2 al 4 de Mayo de 2008, aprovechando el puente de 1º de mayo, en la que se anuncia como principal novedad la 1ª Concentración Oficial de Podencos Andaluces Oritos. Ésta tendría lugar durante el viernes 2 de mayo, a la que vendría un Juez y un Veterinario de la Real Sociedad Canina de España para efectuar los reconocimientos y mediciones necesarias a fin de solicitar de la RSCE su inclusión en el estándar del Podenco Andaluz. El sábado día 3 sería la Exposición Monográfica de Podencos y Manetos y el domingo 4 serían los Reconocimientos Iniciales.

En lo que respecta al Campeonato de España de Pruebas de Trabajo para Podencos Andaluces y Manetos, la Asociación comenta que «una vez confirmado con los que llevan la Gestión de la Caza de la Finca LA HOCE de Arcos de la Frontera (Cádiz), comunicar que allí vamos a realizar las Pruebas de Trabajo. Ya se puede dar como seguro y la fecha prevista para el evento es el sábado 8 de diciembre de 2007. Desde la Asociación, queremos expresar nuestro agradecimiento a Salvador Canto (Gerente del Centro Cinegético "El Acebuchal" de San José del Valle) que es quién tiene la Caza de la Finca la Hoce, Juan Manuel González que lleva la gestión de los conejos y al Concejal Delegado de Deportes del ayuntamiento de Arcos de la Frontera Isidoro Gambín, el cual ha expresado su colaboración incondicional».

viernes, 26 de octubre de 2007

«Los perros de rehala son animales de producción»

Antonio Martinez Calcerrada

25/10/2007 | CdC

El abogado del Estado ante el Tribunal Supremo, Don Antonio Martinez Calcerrada, al contestar a un recurso de la Asociación de Rehalas, considera que los perros de rehala son animales de producción y en consecuencia hay que aplicarles toda la normativa en materia de transporte de ganado. Argumenta que entran dentro la definición de los animales de producción que da el artículo 3.1 de la Ley 8/2003 de Sanidad Animal,al ser animales destinados a «actividades cinegéticas».

Según él, los perros de rehala «se poseen precisamente para efectuar la actividad cinegética». Además el dueño de rehala «lleva a cabo un aprovechamiento de la producción del animal, al objeto de ser considerado como animal de producción, cual es precisamente la de su capacidad para la actividad cinegética». Según esta interpretación cualquier perro de caza sería un animal de producción, pero también lo serían los perros de vigilancia, los de los ciegos y cualquier otro que «sirva para algo».

Al final reconoce que también se podrían considerar de compañía, pero que el artículo 49.1 de la Ley 8/03 exige que también los transportes de animales de compañía queden debidamente desinfectados.

EL SETTER INGLES


www.Tu.tv

jueves, 25 de octubre de 2007

CAZA DE LA BECADA EN LA MANCHA


www.Tu.tv

martes, 23 de octubre de 2007

LA COCINA DEL CLUB

Perdices a la marinera

Ingredientes (para 3 personas):
3 perdices,
24 almejas,
1 vaso de vino blanco,
Pan,
Caldo,
1 cebolla,
Pimienta,
Aceite,
Sal.

Elaboración:
Las perdices se limpian bien, se atan con hilo de bramante y se rehogan, junto con la cebolla picada, en una cazuela con un vaso pequeño de aceite. Una vez rehogadas, se sazonan con sal y pimienta al gusto y se cocinan tapadas hasta que doren. Entonces, se vierte el vino y cuando se consuma se les agrega una taza de caldo, cociéndolas hasta que estén tiernas. Entre tanto, se lavan las almejas, se abren en agua y se les quita la concha, reservando el caldo que hayan soltado.

Cuando las perdices estén en su punto, se ponen en una fuente de horno cortadas al medio, se rodean con las almejas y se les añade la salsa de asar la carne con el jugo de las almejas -mezclado y colado-, introduciéndolo todo en el horno por espacio de unos minutos. Se sirven calientes, acompañadas de unos costrones de pan frito.

EL POINTER


www.Tu.tv

lunes, 22 de octubre de 2007

PERRO CAZA UN TIBURÓN


www.Tu.tv

viernes, 19 de octubre de 2007

caza de la becada


www.Tu.tv

miércoles, 17 de octubre de 2007

El Partido Andalucista alerta del descenso de población de la perdiz roja

13/10/2007 | CdC

El portavoz en Granada de la Ejecutiva Nacional del Partido Andalucista, Fernando Egea, ha señalado que su partido considera necesario llevar a cabo una serie de medidas en beneficio de las especies cinegéticas y del colectivo de cazadores, unos 308.000 en la comunidad andaluza. Los andalucistas destacan que en los últimos cinco años se ha producido un «declive impresionante en la población de la perdiz roja en Andalucía», que requiere que la Administración actúe.
Los andalucistas también destacan que en los últimos cinco años ha tenido lugar un «declive impresionante en la población de la perdiz roja en Andalucía». Un dato ante el que la Administración andaluza no ha reaccionado y no ha tomado medidas para investigar el origen de esta merma tan drástica. Algunos biólogos apuntan como razón principal la utilización cada vez más intensa de plaguicidas y herbicidas en nuestros campos que provocan la muerte o esterilidad de los pájaros.

Fernando Egea ha solicitado para solucionarlo un plan de actuación para el que su grupo propondrá un millón de euros en los próximos presupuestos de la Junta de Andalucía. El PA propone establecer una línea de ayudas que favorezca que se siembren tierras para alimentar y proteger especies cinegéticas, medida que consideran beneficiará a toda la fauna.

Consideran también que el colectivo de cazadores «no está recibiendo la atención que representan. Los puestos de trabajo y la riqueza que la caza genera son menospreciados por la consejería de Medio Ambiente». El PA denuncia que la Administración se limita a cobrar licencias y permisos e imponer infinidad de exigencias para el funcionamiento de cotos deportivos y privados. La cantidad que se recauda en concepto de licencias es de 4,5 millones de euros.

Los andalucistas también han reclamado la ampliación del número de especies que se pueden cazar pues señalan que existen unas prohibiciones absurdas y sin fundamento ecológico, que proponen modificar. La caza de algunas de estas especies puede ayudar a controlar las plagas que se vienen sufriendo desde hace algunos años en pueblos y ciudades andaluces, especialmente en el caso del estornino negro. La sobreabundancia de esta especie, a juicio de Fernando Egea, está causando daños a cosechas e incluso al patrimonio monumental. Es una especie que se puede cazar en La Rioja, Madrid, Extremadura o Asturias. Igualmente proponen ampliar la caza a la tórtola turca, especie no originaria de la península ibérica pero que está en una gran expansión, al igual que ya se ha autorizado su caza en Baleares, Navarra, Extremadura o Madrid.

Desde el PA exigen un mayor control del furtivismo, especialmente la caza nocturna de la perdiz con artes ilegales. Igualmente, piden mayores facilidades para controlar el exceso de jabalí en algunas zonas y que los excedentes de cabra montesa sean cazados por aficionados y no por empresas contratadas. Fernando Egea considera que es un contrasentido de la consejería de Medio Ambiente gastarse dinero en estos contratos cuando los cazadores lo harían pagando a la Administración.

También han destacado otra infinidad de deficiencias en la gestión de la caza en Andalucía entre las que citaron, el atraso en la publicación de la orden de vedas anual, pues se fijan los periodos hábiles de caza unos días de margen al inicio de la temporada. Esto ocurre año tras año, a diferencia de otras CCAA que sí lo hacen con meses de antelación. Igualmente exigieron la redacción íntegra de esta norma, pues ahora se limita, temporada tras temporada, a modificar artículos y fechas de forma inconexa dando lugar a un galimatías de días permitidos y prohibidos que desorienta a los aficionados. Por último, reclamaron un adelanto en el inicio del periodo de la media veda, al entender que esta se abre tarde, frente a la vecina comunidad de Castilla la Mancha.

De peón a cazador

Fernando R. González

Una mañana fría del año 1990 me avisa mi padre de que íbamos a ir cazar perdices a un campo en el que abundaban, en la provincia de Entre Ríos, Argentina. Por supuesto que después de no poder dormir toda la noche de la ansiedad y la pasión por este deporte al que siempre acompañé a mi papá y a su fiel compañero (un pointer hermoso y con varias temporadas encima). Llegó esa madrugada tan esperada, juntamos los bártulos, el perro, la escopeta y salimos en camino. Luego de una hora y media de viaje llegamos al campo, saludamos a Óscar y su familia, largamos al perro y comenzó la cacería.

Como era de costumbre desde que me acuerdo, yo siempre, por la temprana edad que tenía (12 años), era el encargado de encontrar las perdices con el perro y de transportarlas, lo cual para mí era todo un orgullo. Pero ese día me llamó mi papá y me dijo con orgullo de iba a tirar mi primer tiro de escopeta a una perdiz (ya había tirado, pero nunca a una perdiz). Luego de darme todas las explicaciones técnicas y de seguridad al respecto empuñé la escopeta Sportman, calibre 14. Seguimos caminando con el perro hasta que entró en muestra; en ese momento el corazón se me salía del lugar. Entre ansiedad y nervios acompañé al perro, y la perdiz levantó a favor del viento y pasando por encima mío, me doy vuelta, le tiro pero el este fue muy malo (como dice mi papá «le erraste olímpicamente») y me dio su aliento y confianza para la próxima que se levantara, porque mi desilusión estaba potenciada. Luego de caminar un ratito y no entender cómo dejé pasar esa oportunidad de demostrarle que estaba en condiciones de pasar «de peón a cazador», el perro entra en una muestra que jamás me voy a olvidar, levanta la perdiz, apunto y cae, el corazón se tranquiliza y miro a mi lado que estaba mi papá con los ojos inundados de lágrimas de orgullo por ver cómo su hijo había abatido su primera perdiz, cómo había heredado toda la pasión que él tenia por cazar. Se acerca, me da un beso y me dice: «desde hoy pasas a ser mi compañero de caza y dejas de ser mi ayudante, soñé con este momento desde que naciste».

Luego de esa cacería me compró mi escopeta calibre 20 y juntos cazamos hasta la fecha, pero el relato que les narré nos marcó a fuego a los dos para siempre.

Estoy a la espera de que llegue el momento de decirle a mi hijo que se ha convertido en cazador como su abuelo y su padre.

martes, 16 de octubre de 2007


www.Tu.tv

Carta abierta al Defensor del Pueblo de Andalucía

José Aguilocho

Sr. Chamizo, nos ponemos de nuevo en contacto con usted para informarle de la situación en que nos encontramos los cazadores andaluces desde la entrada en vigor de la Ley de Caza, Flora y Fauna Silvestre.
La solución está en la creación inmediata de una ley de caza social, justa para Andalucía, independiente de la Ley de Flora y Fauna Silvestre.

Hasta el día de hoy, la Junta de Andalucía no tiene ni idea de cuándo se van a transformar los terrenos libres en zona de caza controlada, ni quién se les va a adjudicar. Lo que sí sabemos es quién se esta aprovechando de estos terrenos libres, que son los cotos colindantes con dichos terrenos, que, cuando van a batir, primero baten dichos terrenos y meten la cacería en sus cotos. Algunos guardas, cuando ven que hay algún compañero cazando en estos terrenos libres, llaman a las autoridades para impedir su caza con el objetivo de quedarse ellos con toda la cacería. Esto parece más bien a una ley de piratas, con el consentimiento de la Junta de Andalucía, que es la promotora de dicha ley antisocial.

Decirle que el Director General de Medio Ambiente, José Guirado Romero, nos manda en un escrito, con fecha 19 de Agosto de 2005, las normas para convertir los terrenos libres en zona de caza controlada. Por otro lado, representantes de nuestra peña de cazadores Los Desprotegidos tuvimos una reunión con el Concejal de Medio Ambiente y el Técnico de Medio Ambiente del Excelentísimo Ayuntamiento de nuestra ciudad, y nos dicen que el escrito que nos manda el Director General de Medio Ambiente no sirve para nada, puesto que no se ajusta a la ley de caza.

Por otro lado, nuestra peña ha entregado a la Dirección Provincial de Medio Ambiente, con fecha 19 de febrero de 2007, la documentación con los planos cartografiados para la reconversión de parcelas libres en zona de caza controlada y, hasta el día de hoy, no hemos recibido contestación alguna por parte de la Consejería de Medio Ambiente.

Sabemos que esto no es la solución, la solución está en la creación inmediata de una ley de caza social, justa para Andalucía, independiente de la Ley de Flora y Fauna Silvestre.

Todo lo manifestado en este escrito se lo remitimos por fax, y a mi entender creo que hay cosas más importantes de solucionar en nuestra región andaluza, como son el gran problema del paro, las pensiones de hambre y miseria para que no se siga perdiendo el tejido industrial, para que suban los salarios de los obreros que no llegan a mitad de mes, para que nuestra juventud tenga una vivienda digna, etc. Entiendo que sería lo ético, en vez de fastidiar a los pobres cazadores que están dejando su deporte favorito por no tener recursos económicos.

La razón para dirigirme a usted de nuevo es porque la Consejería de Medio Ambiente, después de cuatro años —como usted sabe— de lucha de los cazadores, ha hecho caso omiso a nuestras peticiones.

Sr. Chamizo, por último preguntarle, después de lo que se manifiestó en este escrito, si en este país existe el derecho de igualdad.
José Aguilocho Romero
Presidente de la asociación de cazadores Los Desprotegidos
El Puerto de Santa María

lunes, 15 de octubre de 2007


www.Tu.tv

¿Es la caza cruel?

DEL CLUB DE CAZA
Santiago Segovia

La supuesta crueldad de la caza es uno de los motivos más enfervorecidamente defendido por todo aquel que presume poseer una conciencia anticaza. En este punto la demagogia, la hipocresía y la doble moralidad han dado lugar a algo denominado el «Síndrome de Bambi», en el que el cazador se convierte en el malo, la encarnación de la perversidad y la crueldad gratuita, así como el desestabilizador del orden natural.

Desde que la vida se hizo levemente compleja y los organismos comenzaron a diversificarse existe algo que es consubstancial a la vida misma, esto es, la muerte a manos de otro ser que consume el organismo de la víctima. Las relaciones interespecíficas que se conforman sólo sobre la base de este hecho, son complejísimas y al final se llega a la conclusión de que dentro de un mismo ecosistema todas las especies están interrelacionadas entre sí, y a la vez consigo mismas. La predación de un individuo de una determinada especie no sólo favorece al predador, sino al resto de las especies animales y vegetales presentes en esa comunidad, y a la propia especie que ha sufrido la baja.


La vida real en la naturaleza

Si observáramos detenidamente la forma en que las presas suelen morir a manos de sus captores en el medio natural, y meditáramos brevemente, la naturaleza no nos parecería tan idílica. Una garza engulle y digiere un pez vivo, casi todos los reptiles emplean el mismo sistema, tragándose pollos, ratones, etc. completamente vivos, o por ejemplo el cocodrilo que sujetando fuertemente su presa la sumerge hasta ahogarla y la deja bajo el agua varios días para que se ablande. La mantis religiosa se come vivo a su amante mientras copula con él, las nutrias gigantes del Amazonas cansan previamente al yacaré para, una vez agotado, comerle la cola en vivo y abandonar el animal que ha tenido que asistir impotente a su propia desmembración en vivo. Los leones matan sus presas más por asfixia que por certeras dentelladas. Las espeluznantes imágenes que se pueden contemplar en el filme Alien: El octavo pasajero, en el que un ser inocula su embrión en el interior de otro, para desarrollarse en su seno y, posteriormente, una vez completada esta fase de su crecimiento, salir al exterior reventando a su hospedador y causándole la muerte de una forma brutal, no es ficción. Entre algunas especies de insectos se recurre a esta técnica para procrear, incluso aplicándola con sus propios progenitores. Con este panorama que forma parte de la vida natural, no deberíamos escandalizarnos por la muerte instantánea de un animal por un arma de caza.

Casi todos los animales que se cazan son muertos de una manera mejor cuanto más rápida, por varios motivos. En la caza un animal herido es un animal de cobro difícil y a veces hasta peligroso, lo que no beneficia a nadie, ni siquiera al cazador.

Con la caza se realiza una función de predación que está ausente o es escasa naturalmente, y el hombre suple la función de los predadores. El conejo que mata el hombre lo debería haber matado el azor, y no lo ha hecho dada su escasez.


Cazar no es necesario

Hay gente que piensa que no deberíamos matar estos animales porque al no ser imprescindible para nuestro mantenimiento nutricional, ya que disponemos de exceso de proteínas para alimentarnos, se pierde la funcionalidad única y principal del acto de la predación. No obstante me gustaría saber qué pasaría si sometiéramos todas nuestras costumbres alimenticias al mismo juicio. De momento las ostras, el queso de Idiazábal, el jamón de Jabugo, el cordero asado, etc. sobrarían, así como muchas otras cosas más, porque no son imprescindibles. Con criar vacas sería suficiente. Las vacas se sacrificarían y pasarían inmediatamente a una máquina picadora que reduciría sus masas musculares de diverso tipo, sabor, calidad, a una homogénea hamburguesa de carne picada donde obtendríamos nuestra aportación proteínica animal diaria. En realidad no necesitamos más.

Pero aun así estaríamos sacrificando animales. No me gustaría ser vaca en un matadero. Si hablásemos del sacrificio de los cerdos o de los pollos se nos pondrían los pelos de punta. Y, además, estos animales no tienen posibilidad alguna de escapar. Los del campo sí.

No obstante cuando nos sentamos a la mesa nos olvidamos de esto, y acusamos de cruel al cazador. Si vieran a los matarifes de un matadero, no sé cómo los calificarían, aunque los realmente crueles no son los matarifes sino los que consumen estos animales; si no existiera consumo no existiría sacrificio. Esto sí que es hipocresía y doble moral.

Volviendo al ejemplo de la vaca como única fuente de proteínas, no debemos olvidar que hay muchos que sostienen que la dieta exclusivamente vegetariana es factible y saludable. Luego, todo aquel que consume proteínas animales está embarcado en el mismo barco de crueldad y masoquismo que nosotros los cazadores, porque gracias a él se sacrifican animales innecesariamente por una exclusiva licencia a nuestro paladar. No entiendo por qué la vida de un corzo, siendo una cosecha cinegética o sobrante biológico, puede ser más sagrada que la de un añojo o un cordero. En cualquier caso cuando se come carne de animal domestico, silvestre o pescado, el trabajo sucio lo hacen otros.

Aunque adoptásemos la dieta vegetariana seguiríamos matando seres vivos. Una lechuga lo es, así como una remolacha o una zanahoria. Y las matamos de una forma nada cariñosa.


La crueldad con nuestros iguales

Pero la hipocresía va mucho más lejos. El hombre es el animal menos respetuoso de todos en este aspecto, y no hablo en relación con los demás, sino consigo mismo. Cuando vemos las horripilantes imágenes de las muchas guerras y del hambre de nuestro mundo, con las formas tan variadas de crueldad que se ejercen con nuestros semejantes se nos debería caer el alma al suelo. Incluso podemos tener intereses en alguna industria de las que fabrican formas tan variadas de destrucción, o de las que se benefician del subdesarrollo ajeno. Si observamos un poco podemos encontrar cualquiera de las miles de formas de crueldad con las que el ser humano se manifiesta en lugares muy cercanos a nuestra vida diaria. Abandonamos a nuestros mayores cuando son incómodos, incluso nuestros fieles animales de compañía, admitimos la droga en nuestra sociedad, conducimos temerariamente, etc. Pero los cazadores somos los malos.

«Venare non est occidere», como reza el viejo lema montero. Es algo muchísimo más complejo.

miércoles, 10 de octubre de 2007

XV RUTA DEL FURTIVO


www.Tu.tv


www.Tu.tv

Celebrada con gran éxito la XV edición de la ruta del furtivo organizada por la sociedad de cazadores EL MALVÍS.
Informar a nuestros socios que esta edición a sido organizada casi exclusivamente por la sociedad y por lo tanto no ha costado algo mas de dinero que otros años, debido a que nuestro ayuntamiento nos ha negado este año el dinero para los bebidas,etc como años anteriores y solo nos ha dado 600 Euros con los que solo se paga el seguro obligatorio para realizar un evento con tanta gente, pero que sepa todo el pueblo de BENALUP que mientras la sociedad de cazadores EL MALVÍS pueda no va a dejar que se pierda este bonito evento organizado para todos los ciudadanos de BENALUP y proximidades como se pudo observarse en esta edición. Se volvió a repetir un nuevo recor de participación con 317 ciclistas inscritos y casi unas 1000 personas en la comida ofrecida en la sede de la sociedad.

jueves, 4 de octubre de 2007

No amanecía todavía

RELATO SACADO DE CLUB DE CAZA

lo miré a los ojos y tuve la sensación de ver su rostro más pálido de lo normal, sin embargo ahí estaba, vigoroso, sereno y con las mismas ansias diarias de comerse el monte a zancadas. El amanecer sería húmedo, había llovido en la madrugada pero esperábamos que el sol calentara la montaña y nos regalara otro día ardiente como aquellos de Febrero. Aquí habíamos pasado la última noche en una casucha con techo de hojas de palmeras y dormimos en el zarzo sobre pieles de cordero arropados simplemente con el mosquitero, no hacían falta las cobijas. Dormir en el zarzo nos protegía de la humedad, de las serpientes y de los mosquitos. El perro tinajero no necesitaba nada más que cansancio para dormir, se rascaba las orejas con sus extremidades posteriores para arrancarse la última garrapata recogida en el rastrojo.

No amanecía todavía cuando llegó la hora de partir, nos colgamos la escopeta, los machetes y las maletas en donde llevábamos el almuerzo y un buen trozo de panela. «No hace falta llevar agua», le dije a mi padre. Entonces contestó con suma rapidez: «hoy podría sobrarnos el agua si San Pedro está contra nosotros». Tomé a Pinto (ese era el nombre del perro) por el cabestro y me puse en camino, serían las cuatro de la mañana, más atrás venía el viejo con sus sesenta años a cuestas y con el afán de siempre, «debemos apurarnos porque la lluvia puede borrar el rastro del tinajo». Pinto husmeaba los barrancos del camino avisando cada veinte pasos que estaba tras la huella de alguna de sus presas preferidas, pero le estrujé por el lazo haciéndole saber que hoy no queríamos otra cosa que no fuera tinajo, entonces el can agacho un poco la cabeza y metió el rabo entre las piernas por un instante, luego tomó el brío que lo caracterizó y continúo delante, casi llevándome de rastra.

No amanecía todavía cuando tuve la intención de preguntarle al viejo quién era ese tal Juan de la Tipa, pero yo había dejado de ser niño fantasioso como para pedirle que me recordara. Me envilecí en el pasado mientras recordaba que ese tal Juan de la Tipa era una leyenda, un viejito criollo que heredó la afición por la caza de su padre, un inmigrante español, y los secretos de la madre selva de su madre, una india matrona proveniente de la familia del cacique Cuchiman, allá en los Andes, cerca del Río Grande de la Magdalena. Juan no hacía otra cosa que cazar y cazar. Acechaba los tinajos en el río, las liebres en los zarzales y pastizales, los zainos y las dantas en el monte, el jaguar en los acantilados, hacía retumbar su escopeta en los rastrojos derribando tórtolas, chorolas, gualijos y paujiles; todo en compañía de su perro tinajero. Cuando fue adolescente su madre, conocedora de los secretos de los espíritus de la selva, le advirtió: «Juan: el día que hayas cazado por lo menos un animal de cada especie, la madre selva se vendrá contra ti, la creciente del arroyo te enterrará bajo el acantilado, pagarás tu hazaña con tormentos. Sin embargo, si eres audaz, otro cazador puede pagar por ti, deberás conducirlo con engaños hasta el acantilado y arrojarlo por el abismo, tú volverás a vivir hasta completar los años no cumplidos y el cazador tomará tu lugar de castigo». Pero Juan fue tan cazador que no supo en qué momento trasgredió la norma natural y fue sepultado por un trueno en el abismo.

No amanecía todavía y seguía pensando en los cazadores desdichados que habrían sido arrojados al acantilado a pagar con tormentos las hazañas de un tal Juan. Tal vez Nicolás Hernández, desaparecido en la montaña hacía unos treinta años, pero acaso —volvía a preguntarme— ¿por qué desapareció Nicolás Hernández? Entonces interrumpí mi meditación para averiguarle al viejo: «¿Recuerda a don Nicolás Hernández?», me contestó que sí, y a renglón seguido le pregunté nuevamente: «¿de qué murió él?»; «no lo sé», me dijo, y contrapreguntó: «¿usted lo conoció?”. «Sí, creo que desapareció en este monte», le dije. Y me hundí nuevamente en el recuerdo.

No amanecía todavía cuando soltamos a Pinto en un rastrojo espeso más arriba del acantilado; se empezaron a oír sus campanadas tras el rastro del tinajo, y como era de esperarse, el perro dio con el animal, entonces ladraba con ahínco, corría tras la presa en una carrera desbocada rumbo a Charco Azul; el viejo le enviaba ordenes por medio de silbidos ensordecedores, tan fuertes que yo podía escuchar el eco por los cuatro puntos cardinales. Me eché a correr buscando las pisadas de mi padre, dando saltos incalculables cuesta abajo, desenredándome los bejucos de los pies con suma rapidez. Pronto divisé el charco y junto a una piedra vi a mi padre atrincherado, con su escopeta apuntando al lugar más inesperado. «¿Y el perro?», preguntó. «No sé», le dije, «lo oí venir por el acantilado». «Yo también oí venir un perro por allá», me dijo, «pero no era el Pinto». Entonces escuchamos unos ladridos como de perro moribundo acantilado abajo, y Pinto llegó tras mis huellas aullando y con el rabo entre las piernas, se lanzó sobre mis hombros con firmeza. Arriba del acantilado escuché los insultos de un hombre que parecía desafiar a otro, de repente un gran estruendo sacudía el acantilado junto al chaco, logré ver entre la penumbra del amanecer los pies de un hombre que rodaba cuesta abajo y me quedé esperando su golpe sobre las mansas aguas. A cambio del golpe, un trueno galopó por la montaña y descendió cerca de nosotros haciendo resplandecer los pedriscos y agitando las aguas con bravura, el hombre nunca cayó al agua. Se vino sobre la montaña un aguacero descomunal, allá en la distancia cantaba el gualido complacido. Miré al viejo que temblaba de miedo como nunca (es la única vez que lo he visto temblar) y al perro buscando escondedero entre su pecho. Sentía mis piernas como palillos enclenques a punto de romperse. «Estos son los diablos», me dijo, «es hora de salir”.

Ya con la luz del día empezamos a salir del monte, no hacía falta llevar a Pinto de cabestro, se le notaba el miedo desde lejos; el aguacero era incalculable, no llevamos nada seco, aun más, la panela en la maleta empezaba a derretirse. De pronto, en un recoveco del camino, encontramos sentado a un señor con un niño como de ocho años, estaban descansando, se los veía cansados pero felices. Pasé junto a ellos sin distinguirlos y les dije simplemente «adiós señores», forcé mi mente buscando en los recuerdos ese rostro pálido y alargado pero fue inútil, no supe de quien se trataba. Mi Padre los despidió cabizbajo mirándolos de reojo y sin detenerse, pero una vez los dejamos atrás se pusieron de pie y caminaron tras nosotros, el perro aulló nuevamente y sentí mis huesos congelados, un temblor se apoderó de mí recorriéndome de los pies a la cabeza y luego en sentido contrario, apuré el paso y obligué a mi padre a que caminara con premura, entonces tomé de mi cuello un escapulario de la Virgen del Carmelo y lo apreté entre mis dientes. Me detuve para dejar que el viejo me adelantara, y cuando miré hacia atrás ya no vi los acompañantes en camino. Entonces tuve valor para intercambiar unas palabras con el viejo: «Usted los conoció». «Sí», me dijo, «era don Nicolás Hernández y su hijo». Volviendo sobre el camino me interrogué enmudecido. ¿Quién habrá desaparecido y fue sepultado hoy por Nicolás en el acantilado?

Chejo Marin
Colombia


martes, 2 de octubre de 2007

XV RUTA DEL FURTIVO

El próximo sábado 6 de octubre tendrá lugar en
Benalup la xv edición de la ruta del furtivo organizada por la sociedad de cazadores malvís en colaboración con el ayuntamiento de Benalup.
Esta ruta al igual que anteriores ediciones consiste en un paseo ciclista por los cotos de la sociedad, con un posterior almuerzo en la sede de la sociedad.
El paseo comenzará en la alameda de nuestra localidad a las 10.00 de la mañana donde se realizará una inscripción, en la que se le entregará un numero a todos los participantes, con el cual entrarán en el sorteo de 5 bicicletas y numerosos premios.
A las 14.00 en la sede de la sociedad se dará un almuerzo popular.
Y a las 16:00 se procederá al sorteo de los premios.
Un saludo y espero vuestra asistencia.