miércoles, 28 de noviembre de 2007

ENCUENTRO TORDERO

Organiza: Le Saguntino

Lugar: Hinojosa (Guadalajara)

Fecha: 15/12/2007

Estamos organizando una quedada para tirar a los tordos en Hinojosa, Guadalajara, cerca de Molina de Aragón.

Será el día 15 de diciembre.

Precio de puesto: 100 euros

No perros

Tirada: de 7:00 a 14:00 horas

Licencia: de Castilla-La Mancha.

Teléfono de contacto: 629-40-37-87 (Fernando)

lunes, 26 de noviembre de 2007

OJEO DE PERDIZ



Caza perdiz cotos ojeo - video powered by Metacafe

viernes, 23 de noviembre de 2007

Navidad sin plomo

Juan José Guevara

Un cazador que aguardaba
A un cochino en un barranco
Vio un lucero que volaba
Seguido de un rastro blanco.

Y aquella luz, que era un ángel,
Se paró sobre la encina
Que estaba justo delante
Y dijo con voz cantarina

«Siempre aviso a los pastores.
Mas, este año, prefiero
Que seáis los cazadores
Quienes lleguéis los primeros».

Ya llega otra navidad
Alegraos pues, compañeros
Y os puedo profetizar,
Que seremos los primeros
Que usando balas sin plomo
Nos iremos a cazar
Cochinos de tomo y lomo.


Olvidaos del core-lock
Y de las nosler-partition
Tiraremos con turrón
Y haremos más ejercicio
Pisteando a mogollón

Las puntas serán rosquillas
O polvorones de Estepa
O mazapán de Toledo
Piñones y peladillas

Y que la duda no os quepa
En Sevilla o Barcelona
En Salamanca o Bilbao
Que la señora Narbona
Reina y musa se corona
Del tiro con mantecao.

Os mando un abrazo a todas y todos los que, como yo, tenéis la enorme suerte de salir al monte y ver más allá de los árboles.

Sed buenos.

Che

Narbona gana con el plomo y pierde con el reclamo

Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad
22/11/2007 | Marga Cavadas - CdC

El Congreso salva la perdiz con reclamo, pone en peligro la contrapasa y la caza de la codorniz en la media veda y abre dudas sobre el uso del plomo en la caza mayor y menor en toda la Red Natura 2000. Las enmiendas aprobadas en el Senado con los votos de PNV, PP y CiU del polémico artículo 62, más conocido como el ‘del plomo’, han quedado rechazadas en el Congreso, por lo que se mantendrá la redacción inicial. Esta situación crea una inseguridad jurídica, ya que no está tipificado lo que se entiende por zona húmeda.
Además, la Ley abre la posibilidad a la Administración de expropiar terrenos en función de su interés ecológico o paisajístico, ya que la enmienda del Senado que establecía medidas compensatorias por restricciones de uso ha sido igualmente rechazada.

Por otro lado, los vallados cinegéticos a partir de esta Ley tendrán que permitir el paso de las reses para impedir la endogamia [¡?], ya que la enmienda introducida en el Senado por la cual los vallados se quedaban tal como estaban ha sido rechazada.

La ministra, derrotada

La caza de perdiz con reclamo macho ha quedado a criterio de las comunidades autónomas debido a una propuesta del ¡PNV! que ha sido aceptada con 313 votos a favor y 11 en contra, lo que quiere decir que los diputados socialistas no le han hecho caso a Cristina Narbona en sus alegatos de la víspera. Según fuentes consultadas por Club de Caza, las presiones de Andalucía, Extremadura y Castilla La Mancha han sido definitivas.

A continuación transcribimos la enmienda propuesta por los nacionalistas vascos y la justificación de la misma:

Enmienda propuesta por el PNV: (trascripción literal)

Artículo 62. bis.—Caza de la perdiz con reclamo.
La Administración competente podrá autorizar la modalidad de la caza de perdiz con reclamo macho, en los lugares en donde sea tradicional y con las limitaciones precisas para garantizar la conservación de la especie.

JUSTIFICACIÓN

Esta excepción ha sido admitida por la Comisión Europea y no ha abierto expediente alguno contra España por autorizar la caza de la perdiz con reclamo al considerar que está suficientemente justificada su práctica. En consecuencia debería añadirse esta excepción, que dado el contenido de la Disposición derogatoria quedaría suprimida al ser derogada la Ley 4/89 de 27 de marzo.



Según declaraciones efectuadas a nuestra redacción por el diputado popular Teófilo de Luis, el Partido Popular asume el compromiso de modificar la Ley en los términos aprobados por el Senado caso de llegar al Gobierno de la Nación.

martes, 20 de noviembre de 2007

caza de codorniz con perros



Caza En Mano A Codorniz Con Perro - video powered by Metacafe

caza de conejos con perdiguero de burgos



Caza Conejo Con Perdiguero De Burgos - video powered by Metacafe

PAISAJES DE ASTURIAS ALEGRATE LA VISTA


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Se abre la veda contra la caza

JORGE BERNAD/MARCELO VERDEJA. MADRID.

El Ministerio de Medio Ambiente presentó en el Senado, el día 13 de noviembre la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, que pretende sustituir a la Ley 4/89 de 27 de marzo de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres y trasponer al ordenamiento interno tanto la Directiva 79/409/CEE relativa a la conservación de las aves silvestres y la Directiva 92/43 de 21 de mayo, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la flora y fauna silvestre.
Esta ley fue aprobada por el Congreso, y ha sido objeto de importantes modificaciones en el Senado, presentándose 320 enmiendas a los artículos del proyecto por parte de diversos partidos políticos. El texto no había sido consensuado previamente con los sectores afectados (cazadores, pescadores, agricultores, ganaderos y población rural). Aunque las consecuencias más negativas son para el sector cinegético, al que no se le permitió hacer alegaciones.
Con esta nueva ley, los propietarios de terrenos, que los han cuidado durante generaciones, se encuentran como premio a su gestión el que se les incluya en la Red Natura y se limiten los aprovechamientos que venían realizando desde tiempo inmemorial, siendo España el país que más terreno aporta a la Red Natura 2000, con casi un 30% del territorio nacional. En Francia o Alemania no llega al 15%.
«Zonas de interés paisajístico»
Al igual que ocurre en otros países europeos, y siguiendo las instrucciones de la propia Comisión Europea, la caza, la pesca y otros aprovechamientos tradicionales no son en principio incompatibles con la Red Natura 2000.
Otro controvertido capítulo de este Proyecto de Ley es el relativo a la calificación de terrenos como «zonas de interés paisajístico» y declararlos de utilidad pública y su posible expropiación. El artículo queda ambigüo y da pie a pensar que cualquier territorio podría serlo, ya que todos son susceptibles de tener interés «ecológico, científico, paisajístico o educativo».
De acuerdo con la legislación de la UE, no existe ninguna prohibición de utilización de munición de plomo para la caza. En concreto, la Directiva «Aves» 79/409/CEE y la Directiva «Hábitats» 92/43/CEE no contienen disposición alguna sobre esta materia. Aun así, el documento orientativo sobre la caza de conformidad con la Directiva «Aves», que por el momento tiene un valor interpretativo pero no vinculante, sí avisa de los riesgos del empleo de esta munición en humedales, añadiendo que «cualquier uso de la misma en las Zonas Especiales de Protección que produzca un deterioro de los hábitats o una perturbación significativa de las aves es incompatible con las exigencias de protección de estos lugares».
Por su parte, el «Acuerdo sobre la conservación de las aves acuáticas migratorias afroeurasiáticas» (AEWA) indica que «las Partes se esforzarán por eliminar de manera gradual la utilización de proyectiles de plomo para la caza en los humedales».
También hace mención a la la caza de aves en época de celo, por tanto se ve afectada la caza de la perdiz con reclamo macho, modalidad de caza tradicional que no perjudica al medio ambiente y que es practicada por un importante número de personas.
Hasta la fecha ha sido admitida por la Comisión Europa, de hecho no hay abierto expediente alguno contra España por autorizar la caza de la perdiz con reclamo al considerar que está suficientemente justificada su práctica.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Campeón bajo sospecha

Sebastián Torres

Ya saben lo ocurrido en Ribera del Fresno (Badajoz), en la final del XXXIX Campeonato de España de Caza Menor con Perro. El tetracampeón Francisco Fernández Sierra fue descalificado tras una denuncia de su juez de campo, que lo acusó de hacer trampas. Un escándalo sin precedentes.

He tenido la ocasión de hablar con el presidente de la Real Federación Española de Caza (RFEC), Andrés Gutiérrez, y con el propio Francisco Fernández Sierra. Y éstas son algunas impresiones sobre lo sucedido.

Muy cerca del lugar donde se produjo la discusión de Sierra y su juez, Miguel Mate Carazo, se hallaron cuatro perdices muertas y parece muy probable, si no indiscutible, que ninguna de ellas procede del coto donde se celebraba la prueba. De esas perdices, dos llevaban muertas más de 20 horas, según la temperatura interna de los animales, tomada por los forenses veterinarios que le practicaron la autopsia.

Además, esas mismas dos perdices tenían en el buche restos de pipas de girasol, una semilla que, al parecer, no hay en el coto. De las otras dos perdices, una tenía también restos de girasol y la otra, nada. Para tener una referencia, se tomaron muestras de 10 de las perdices abatidas por el resto de participantes y todas ellas, todas, tenían en el buche bellota y trigo.

La primera conclusión es clara: las perdices no proceden del coto. ¿De dónde venían? Dos de ellas podrían ser las dos que Fernández Sierra había abatido en el terreno, ante la presencia de su juez de campo. Una de estas perdices, en cambio, según dijo el juez a la organización, había tenido un comportamiento extraño, más propio de los animales de granja que de los salvajes. Y, desde luego, una de ellas —la que almacenaba en su buche restos de pipas de girasol— no era del coto. ¿Y las otras dos perdices?

Según el relato del juez, descalificó a Sierra porque se negó a mostrarle el contenido de su morral cuando advirtió que sacó un tercer pájaro, cuando hasta ese momento sólo había cobrado dos. Esto podría hacer suponer que Sierra las llevaba escondidas. ¿Pero qué dice el afectado?

Francisco Fernández Sierra afirma que sólo llevaba dos perdices, pero se desvincula de las cuatro que se hallaron en el campo. Según aseguró en la conversación que mantuvimos el sábado por la noche, no reconoció como propia ante la organización ninguna de las piezas, por lo que no se le puede atribuir nada. El presidente de la RFEC, en cambio, asegura que Sierra dijo que había matado las dos cuya temperatura indicó, 'a posteriori', que llevaban muertas más de 20 horas.

En cuanto a la presencia de esas cuatro perdices ajenas al coto, Fernández Sierra indicó que tiene «buena información» de que en el mes de agosto se soltaron 400 perdices de repoblación en el coto donde se celebraba el campeonato. Eso podría explicar el comportamiento extraño de las que abatió, pero no, desde luego, que tuvieran alimentación distinta y temperatura distinta al resto. Sierra apunta que la zona donde se localizaron las perdices está muy cerca de la linde con un coto vecino, donde asegura que se caza todos los días y que de ahí podrían proceder los animales. En cuanto al tiempo que llevaban muertas, dijo que podrían haber llegado heridas un día anterior y haber muerto allí. Claro que habría que advertir que las dos perdices que llevaban más tiempo muertas aparecieron juntas. Toda una casualidad.

Sierra mantiene que han querido perjudicarle, que hay muchas personas que le tienen envidia porque no soportan que haya ganado cuatro veces. Por eso, asegura, también le denunció su juez por amenazas.

El protagonista con el que no he hablado ha sido con el juez, pero lo he intentado. Localicé a su madre, en su domicilio de Zamora, y lo único que me dijo, lógicamente, es que pone la mano en el fuego por su hijo, que es incapaz de mentir.

La investigación de la RFEC determinará qué ha ocurrido. Sería deseable que se llegara hasta el fondo, sin temor a ninguna consecuencia. Y parece que así va a ser, según las palabras que me dijo Andrés Gutiérrez: «Ante estas cosas, no hay que callarse. Hay que denunciar lo que ha pasado. No debemos tapar nada de esto». Me parece perfecto.

Publicado el 18/11/2007 20:58:2

PERDIGÓN ECOLOGICO

A partir de la próxima temporada los cazadores españoles tendrán que acostumbrarse a nuevos tipos de cartucho: son los llamados «ecológicos», o de baja toxicidad. Serán de uso obligatorio en humedales para la aza de aves acuáticas, y aparte de un coste mayor, también ofrecen cualidades —e inconvenientes— propios.

El problema que llevó a la picota al perdigón tradicional de plomo fue la intoxicación de aves acuáticas.

Artículo publicado en La Caza y su Mundo en Junio de 1999.

El problema que llevó a la picota al perdigón tradicional de plomo fue la intoxicación de aves acuáticas, las cuales ingerían los perdigones tomándolos por semillas y de esta forma resultaban envenenadas. Además, en los casos en los que no producía la muerte, los daños afectaban a la descendencia, ya que o bien quedaban estériles, o sus vástagos sufrían a menudo deformaciones congénitas. Aparte de eso, la intoxicación se daba también a veces —aunque en grado más leve— a causa de perdigones que sólo habían herido al ave pero seguían incrustados en ella.


Algunas escopetas como la Super X2 de Winchester son capaces de aguantar las cargas más fuertes y con el máximo alcance. Son el tipo idóneo para la cartuchería tungsteno-hierro, que conjunta la alta velocidad del acero y su buena concentración de plomeo, con un perdigón de buena balística.

Buscando alternativas

La primera alternativa válida al perdigón de plomo, fue el llamado «de acero», que en realidad es de hierro blando. Pero el hierro sigue siendo lo que es, aunque después queramos quitarle dureza añadiéndole epítetos. Esto significa que en los cañones de las escopetas, en los que hay estrechamientos al menos al iniciar y al finalizar el recorrido por el ánima, hay dos ocasiones en los que la carga de perdigones se encuentra forzada por pasos estrechos y ejerce una fuerza notable hacia el exterior del cañón.


Aunque CIP da normas para la fabricación de perdigón de acero de tamaño normal (hasta el n° 4/3,25mm) en armas convencionales y cualquier tipo de Choke, en caso de utilizar perdigón de acero es preferible no pasar de 1/2 Choke (***).

Con el plomo, todo se resuelve con una compresión de la carga de perdigones de material blando que en muchos casos se deforma. En el caso del perdigón de acero, y en especial cuando se trata de armas antiguas con cañones de paredes finas o aceros blandos, el resultado es que el cañón se abolla hacia afuera. En el caso de escopetas yuxtapuestas o superpuestas no pensadas para estos cartuchos, los dos cañones se llegan a desoldar de la banda de unión y a separarse entre sí en la zona de boca. Esto se agudiza cuando los perdigones son gruesos y los estrechamientos son grandes, y ambas cosas son lo corriente en el caso de las escopetas y cartuchos para tirar a gansos etc., en paso o con reclamo. Además, a igualdad de cargas los perdigones son más gruesos y las columnas de proyectiles más largas, de modo que la fricción con las paredes del ánima es mayor, y con ello los valores de presión y esfuerzos sobre el cañón.

Precauciones y soluciones

La forma de paliar o evitar todo lo dicho es utilizar armas cuyos cañones tengan mayores espesores de pared y estén construidos con aceros más resistentes. Como mínimo, al final de la recámara deben tener un cono de forzamiento más largo, y es conveniente que el cono de entrada de los «chokes» sea también más largo, con una pendiente más suave. Además, no se debe emplear un «choke» más cerrado de 1/2 (***), pues aparte de deterioros en el arma, no sólo no se va a conseguir plomeos más concentrados, sino peores: el acero apenas «cede», y el efecto de comprimir más la carga es someterla a esfuerzos que sólo perjudican su distribución, dejando huecos y produciendo plomeos aplanados y en diagonal, por efecto de la deformación elástica del cañón y la carga.


La nube de proyectiles de acero responde mejor a los efectos concentradores del «choke» o estrechamiento en boca que los perdigones de acero. Por eso, y porque los estrechamientos máximos sólo perjudican al plomeo y aumentan los esfuerzos en el cañón, los chokes pensados para el uso de acero a veces vienen marcados en correspondencia. Para tirar perdigón grueso y cargas fuertes de acero, las armas dobles tienen que estar diseñadas expresamente.

Eso sí: los perdigones vuelan bien porque no sufren las deformaciones que se dan con el plomo, así que vuelo y plomeo son regulares y concentrados. Además de esto, el acero resiste velocidades que con el plomo no se pueden alcanzar por las deformaciones y arracimamientos (unión de varios proyectiles) que estropean por completo el plomeo.

Más volumen, menos peso y peor balística

Después de más de 25 años en el mercado, la cartuchería con perdigón «de acero» no es sólo la única económica entre la ecológica, sino que ha experimentado notables mejorías: aparte de recubrimientos en los perdigones, que evitan la corrosión y facilitan el deslizamiento de unas bolas sobre otras en los pasos estrechos, se utilizan materiales de relleno («buffered loads») sintéticos, que favorecen también el flujo a través de las zonas de estrechamiento. Igual cabe decir de los tacos contenedores, que impiden el contacto de los proyectiles con el ánima, para evitar fricciones, ralladuras y excoriaciones.

Todo esto, además de las modificaciones en los cañones y cierres más fuertes, ha permitido el uso de cargas muy rápidas (por encima del 20% más que lo normal) que compensan el peor comportamiento balístico del acero, y hacen que el efecto del impacto sea más eficaz y con mayor penetración.

No obstante, el perdigón de acero sigue teniendo dos puntos flacos: no es válido para usarlo en armas antiguas o muy finas, y su alcance máximo no supera los 45-50m.

Para atajar el primer defecto, la CIP, —Comisión Internacional que se ocupa de fijar la normativa armera en Europa y muchos países del resto del mundo— ha fijado valores máximos de presión, velocidad, chokes y tamaño de proyectil para el perdigón de acero: para armas normales con cualquier tipo de choke, se debe usar perdigón de máx 3,25mm (n° 4), a una velocidad máxima de 400 m/s, y un presión máx. de 740 atmósferas (bar). Para armas con chokes de cono largo, probadas a 1200 bar con perdigón de acero, puede usarse cualquier choke con perdigón de acero de 3,25 a 4mm, y hasta medio choke con perdigones mayores de 4mm.


El Bismuto es una solución idónea para usar armas finas o antiguas. Las escopetas finas de la mayor calidad, como esta Arrizabalaga, no siempre admiten de buen grado la cartuchería con perdigón de acero. Algunas marcas, como Holland & Holland, hacen cañones que son indicados para acero.

En cuanto al comportamiento balístico, el problema está en que a igualdad de tamaño un perdigón de acero es alrededor de un 30% más ligero que uno de plomo, así que se frena antes por el aire y pierde velocidad. De este modo, y a igual tamaño de perdigón, el plomo conserva desde unos 35m de distancia una energía que es alrededor del doble a la que tiene el acero.

Pero seamos más concretos: para igualar las características de balística exterior, refiriéndonos a perdigones métricos (los americanos miden alrededor de media centésima más) diremos que un perdigón de acero del n° 4 métrico pierde la misma velocidad que uno de plomo del n ° 8, lo cual significa que la penetración deja de ser la adecuada a distancias de poco más de 40 m.

En el caso del perdigón de acero del n° 2, se aprecia que balísticamente es casi igual a un n° 6 de plomo, cuya capacidad de penetración resulta insuficiente a distancias que superen los 50m, máxime cuando se trata de aves grandes. Se entiende que sea así cuando incluso con cargas bastante rápidas, la velocidad del perdigón es ya solamente de unos de 160/170 m/s; y esto quiere decir que el perdigón penetra menos de 4cm de tejido muscular, sin contar plumas, piel, etc.


La caza en humedales lleva a que algunas especies de aves acuáticas confundan los perdigones con semillas y los coman. Ese fenómeno fue el que llevó a la aparición de nuevos tipos de perdigón.

Sin embargo, y como también la masa del perdigón más grande es mayor, se puede llegar a un compromiso aceptable a distancias menores a las reseñadas: el tamaño de perdigón de acero adecuado consiste en escogerlo dos números más grande que el de plomo, y en lanzarlo a una velocidad algo mayor. De este modo tenemos un perdigón ligeramente más pesado, y aunque su velocidad de impacto sea menor (en teoría, pues el perdigón vuela mejor al no deformarse), la energía total es comparable.

Se trata de un metal que, lejos de resultar tóxico, se ha empleado en farmacia para curar trastornos intestinales. Pero el bismuto ha demostrado que además de no ser tóxico, es también una dieta aceptable para las armas finas: no produce deterioros en ellas, y de hecho es el tipo de perdigón ecológico que la prestigiosa firma inglesa Purdey recomienda para sus escopetas de fabricación antigua (pero probadas con cartuchos de pólvora sin humo, claro) o presente. La razón se encuentra en que su dureza, aunque mayor que la del plomo, no es grande, y en eso es muy similar al aluminio puro aunque no a las aleaciones especiales de este metal ligero.


El cartucho «ecológico» puede tener alguna o varias de estas características:
A: Pólvora de combustión limpia y lenta, adecuada a la mayor fricción de las cargas de perdigones de más dureza.
B: Composición del pistón libre de plomo.
C: Culotes de vainas resistentes a causa de la presión más elevada.
D: La clave: perdigones no tóxicos, de acero, bismuto o materiales compuestos (tungsteno-polímero, tungsteno-hierro), etc.
E: Cierre sin opérculo.
F: Taco de gran resistencia para impedir abrasión del cañón.
G: Vaina de gran capacidad.

El bismuto, por el contrario, es un metal bastante pesado: su densidad es 9.8, lo que significa un 13% menos que el plomo puro, aunque el plomo de los perdigones es algo menos denso por estar aleado. En cualquier caso, su densidad es similar a la del plomo, hasta el punto que a efectos prácticos es casi intercambiable. Esto se debe a que gracias a la mayor resistencia de este material, se puede lanzar también a mayor velocidad. Aún así, en los tamaños más pequeños se aconsejan cargas con perdigón un número mayor al habitual de plomo, pero a igualdad de tamaño, estos perdigones tienen una energía que está a medio camino entre el acero y el plomo.

Bismuto: una solución saludable

¿Qué armas? ¿Qué cartuchos?

La práctica y las normas CIP sobre cartucho de acero aconsejan:

1- Escopetas finas, o de época:
Empléese perdigón de bismuto o polímero

2- Escopetas pensadas para cartucho convencional:

- Admiten empleo de cartucho de acero «standard»:
- Sólo perdigón acero menor a 3,25mm.
- Velocidad inicial menor a 400 m/s.
- La presión máxima admisible es 740 bar.
- Se puede usar con cualquier «choke»

3- Escopetas pensadas para cartucho de acero:

- Admiten empleo todo tipo cartucho de acero:
- Bocas y recámaras reforzadas
- Requieren choke de cono largo
- Admiten perdigón de hasta 4mm
- Choke más de *** (1/2):
- No concentra plomeo
- Perjudica uniformidad
- Perdigón de más 4mm sólo con chokes menos cerrados que *** (1/2)
- Están probadas a 1200 bar
- Velocidad inicial hasta 430 m/s

El bismuto no es perfecto y destaca entre los metales por una característica física que no resulta conveniente aquí: es el menos maleable, el más quebradizo de todos, y casi resulta terroso. Esto se apreció en los primeros experimentos de tiro, en los que los perdigones se rompían. Para evitarlo, se emplea en aleación con estaño, de forma que aumenta su tensión superficial.

Otros problemas son la disponibilidad y el coste: el primero se debe a que el canadiense que inventó este perdigón vendió los derechos a un par de firmas, y sólo lo ofrecen Eley-Hawk y Bismuth-Winchester. En cuanto al segundo, quizá sea consecuencia del primero, porque en realidad el proceso de fabricación, salvo en los tamaños más grandes, es el mismo que el del perdigón de plomo. Y el coste del metal, aunque no barato, tampoco es excesivamente elevado.

Tungsteno: alta tecnología en dos variantes

Si el bismuto representaba la solución a la búsqueda de otro metal alternativo al plomo y al hierro, los especialistas en materiales buscaron un nuevo camino: crear uno nuevo que cumpliese los requisitos funcionales, estructurales, industriales y económicos necesarios: el resultado fue el llamado «perdigón polímero», o «tungsteno—polímero». Consiste en una suspensión (mezcla) de polvo de wolframio (tungsteno) que se dispersa en una masa fundida de material plástico.

Aún así se siguen rompiendo alrededor de un 5% de los perdigones. En cualquier caso parece ser que los resultados de plomeo son excelentes y muy uniformes. Además, también se puede reducir el problema usando rellenos tampón («buffered loads»).

El tungsteno es un metal muy duro y pesado —un 70% más que el plomo—. En la mezcla con polímero, no resulta tóxico, y ya ha recibido la aprobación de organismos de conservación en América del Norte. Como es lógico, al mezclarlo con plástico la densidad disminuye considerablemente, aunque combinando las partículas de metal en varios tamaños y proporciones se puede conseguir que sea tan denso como el plomo, como es el caso de Federal.

En realidad, es una alternativa al plomo para quien quiera seguir usando armas muy finas o antiguas, y las características de los que se ofrecen actualmente son bastante similares a las del perdigón de bismuto. Como éste, resulta en ocasiones ligeramente frágil, y la forma de los perdigones es menos regular que otros, debido al proceso de fabricación. La esfericidad se obtiene por rodado de la masa de cada perdigón entre dos placas, y la forma final queda con un rebajo diametral que le hace parecer un plomo de pesca.

Los demás problemas del bismuto también le son casi de aplicación, pues es costoso, y la oferta también se reduce a un par de marca: además de Eley-Hawk, que empezó a hacerlo pero suspendió su producción, ahora lo ofrecen la británica Kent, y la estadounidense Federal.

Finalmente, ha aparecido otro tipo de perdigón compuesto con tungsteno que además de no resultar tóxico ofrece verdaderas posibilidades de mejora balística: el Tungsteno-Hierro. Se trata de conservar las cualidades de estabilidad de forma y resistencia para el lanzamiento a altas velocidades del acero, pero con una mayor densidad que mejore la retención de velocidad y potencia de choque del plomo. El resultado es un material que puede ofrecer ventajas en alcance respecto a los existentes hasta ahora.

Este tipo de perdigón se fabrica comprimiendo a altas temperaturas polvo de los dos metales que lo componen. De este modo, y en la composición presente, tiene una densidad que es el 91.5% la del plomo usado en perdigones, lo que significa que su densidad es ligeramente superior a la del bismuto, aunque está por debajo del plomo y el polímero tungsteno.

Las contrapartidas son su dureza y el coste: sólo se puede emplear en armas indicadas para el perdigón de acero, y no en las finas o antiguas. De hecho debe resultar más duro que el ecológico normal de acero, pues el tungsteno lo es en extremo. Y el precio, como el bismuto o el polímero, hará cada disparo de estos cartuchos valga, literalmente, lo que muchos de perdigón convencional. Por último, y como comentario de cierre a todos los tipos de perdigón ecológico que hemos reseñado, vemos que no todo es negativo, y que se van encontrando soluciones. Sólo el precio es, por el momento, un verdadero obstáculo. Así que, en contra de lo que en principio se pensó, no hay que «poner verde» al perdigón verde: su necesidad ha espoleado la investigación en un terreno que estaba dormido desde hace siglos.

Rodolfo G. Villarroel

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Vuelco a la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad

13/11/2007

El proyecto de Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad ha pasado esta mañana el trámite de su aprobación por el Senado con las enmiendas, basadas en las alegaciones presentadas por esta Federación, a dicha Ley en lo que en materia de caza y pesca se refiere. En concreto al Capítulo IV, "De la protección de las especies en relación con la caza y la pesca continental".

La Real Federación Española de Caza, ante la prohibición de la caza con perdiz con reclamo, silvestrismo y del uso de la munición con plomo en las zonas húmedas incluidas no sólo en la lista del convenio relativo a humedales de importancia internacional (Ramsar), algo absolutamente razonable, sino ampliadas a las de la Red Natura 2000 y en las incluidas en espacios naturales protegidas lo que significaba en la práctica la prohibición de la caza en una enorme superficie del territorio nacional, presentó una serie de alegaciones en contra, que hoy, en forma de enmiendas recogidas por el Partido Popular, CiU y PNV han sido aprobadas en la Comisión de Medio Ambiente del Senado. La caza de la perdiz con reclamo ha sido apoyada en una enmienda transaccional del PSOE y PP y apoyadas también por PNV y CiU.

Ahora, tendremos que esperar a que el próximo día 22 de noviembre el Congreso de los Diputados acepte o rechace la redacción del nuevo texto aprobado por la Comisión de Medio Ambiente del Senado, que viene a subsanar el intervencionismo y la falta de claridad del Ministerio de Medio Ambiente en temas de caza, que dejaba la actividad cinegética a merced de la interpretación arbitraria de las autoridades competentes en materia de medio ambiente.

Todos los colectivos relacionados con el mundo cinegético y la agricultura han podido ver con estupor cómo, una vez más, han sido ignorados en la elaboración de un proyecto de Ley con los que no se ha contado y en el que son los principales afectados.

martes, 13 de noviembre de 2007

El Grupo Popular ve «inaceptable» el texto de la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad

12/11/2007 | Marga Cavadas - CdC

El 17 de octubre el Congreso de los Diputados, en la Comisión de Medio Ambiente, aprobó con competencia legislativa plena el Proyecto de Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad, que tiene una incidencia en la actividad cinegética hasta el punto que, en el Capítulo IV, Título tercero, hay una serie de disposiciones que afectan directamente a la actividad de cazar. Una vez que se conozca el texto que definitivamente haya quedado aprobado, el Grupo Popular se compromete a comentar los efectos que tiene sobre la actividad cinegética el rechazo de las enmiendas presentadas por los populares.

Sin embargo hoy parece necesario dar a conocer los efectos de la incorporación a dicho texto de una enmienda transaccional de ERC, número 4141 sobre enmiendas originales de IU y que, tal y como comprobarán seguidamente, establece: «se prohíbe la tenencia y el uso de munición que contenga plomo durante el ejercicio de la caza y el tiro deportivo cuando estas actividades se ejerzan en zonas húmedas incluidas en la lista del convenio relativo a humedales de importancia internacional, en la de la red Natura 2000 y en las incluidas en espacios naturales protegidos». Esta redacción resulta muy preocupante ya que, de su lectura, no se concluye si sólo afecta a las zonas húmedas o zonas generales de la red Natura 2000 o de espacios protegidos.

Durante el debate, y a través de una intervención de Teófilo de Luis como componente del Grupo Popular, se manifestó la oposición a la inclusión de esta enmienda advirtiendo de las posibles consecuencias que pudiera tener tal y como consta en el Diario de Sesiones.

Entre las consecuencias que se señalan en el debate está la importante restricción de la zona de caza, limitando la actividad cinegética en una gran parte de España y del serio perjuicio económico por la renovación del «parque de armas» que habría de producirse y el encarecimiento de la munición de mantenerse en texto.

Hoy, según parece, el producto sustitutivo del plomo no se encuentra lo suficientemente desarrollado para ser introducido en el mercado y, por lo tanto, de mantenerse el texto en los términos aprobados, tendría serias consecuencias sobre la actividad de cazar y sobre el tiro deportivo. La enmienda resultó aprobada con 22 votos a favor, incluidos los votos del Grupo Socialista, y 13 en contra del Grupo Popular.

En la opinión de los populares, es absolutamente imprescindible modificar la ley en el trámite del Senado, y sin perder la sensibilidad ambiental por el efecto contaminante del plomo, sustituir el texto actual por uno que pudiera ser en estos términos: «El Gobierno apoyará e impulsará en colaboración con las asociaciones representativas del sector de la caza y con el sector económico implicado proyectos de investigación que permitan el desarrollo de un producto sustitutivo en condiciones aceptables de calidad y precio que eviten el efecto contaminante del plomo».

El Grupo Parlamentario Popular está comprometido en hacer un seguimiento, entre otros asuntos, de este particular para evitar la inseguridad jurídica y el daño que se pueda ocasionar de mantenerse el texto aprobado.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Cómo cazar 5 perdices con 25 cartuchos

El título de este artículo va a suscitar diferentes reacciones en cuanto cada uno de nuestros lectores lo lea; para unos esto es una ilusión, pues habitualmente necesitan muchos más cartuchos para poder lograr una percha así. Para otros cazadores será una esperanza pensando en el día en el que de verdad, puedan abatir perdices con cierta soltura, y para los más avezados y veteranos, sencillamente es una cuestión habitual, incluso hay cazadores que dirán que a ellos les sobrarían algunos cartuchos para colgar el quinteto de patirrojas en su coto. De todo hay, pero como estamos en los inicios de una temporada que puede ser bastante agraciada de perdices en muchas zonas, vamos a comentar algunos aspectos que nos ayudarán a lograr buenas perchas en estas primeras jornadas.

Tampoco hay que asustarse, no estamos pidiendo milagros, pues colgar cinco piezas de caza con una media de cinco disparos por cada una (se incluyen los disparos de acierto, los de fallo a otras piezas, y el gasto de munición según tiremos con semiautomática o con escopeta de dos cañones) es algo que se puede lograr con cierta facilidad, ya que los errores en el tiro de caza están provocados en su práctica totalidad por error del cazador, el equipo suele fallar muy poco.

Preguntarse qué estamos haciendo mal cuando fallamos pieza tras pieza es fundamental para poder mejorar, sin análisis es muy complicado evolucionar y avanzar.

A la perdiz se le tiene respeto a la hora de tirar, y en determinados casos, este respeto se convierte en casi miedo al fallo. Hay cazadores que saben que no tienen demasiada pericia con la escopeta, y que incluso renuncian a compartir jornadas con otros compañeros o aceptar una invitación a un coto, por temor a «quedar mal» por los fallos reiterados con la escopeta.

Autoestima venatoria, por ahí hay que comenzar. Si tenemos técnica y conocimientos suficientes para el manejo de la escopeta en el campo (esto es fundamental), estamos fallando en algo básico, y es en la confianza en nosotros mismos, en saber hasta dónde podemos llegar en cuanto a efectividad tirando caza, y aprender de cada error para solucionar posibles situaciones parecidas en un futuro inmediato.

Preguntarse qué estamos haciendo mal cuando fallamos pieza tras pieza es fundamental para poder mejorar, sin análisis es muy complicado evolucionar y avanzar. Desgraciadamente hay cazadores, que no siguen método alguno, simplemente salen al campo domingo tras domingo y fallan pieza tras pieza, con unos resultados finales de temporada muy por debajo de sus posibilidades reales. Pero están estancados, no hacen nada por avanzar y mejorar, tropiezan una y otra vez en la misma piedra.

Al margen de los conocimientos (cuanto más profundos mejor) sobre el tiro de caza y las características de los cartuchos, el cazador perdicero debe ser un aficionado dispuesto al esfuerzo físico y mental en la jornada de caza, competir con nosotros mismos en la consecución de una buena percha de perdices debe ser un aliciente y no una pesada carga.

La resistencia física y estar centrados y con ganas de seguir cazando, de llegar a donde están los pájaros, debe ser una constante en el aficionado que, por experiencia, sabe ya donde debe cazar, y cómo hacerlo en cada momento. Hay que estar despiertos a primera hora, y con ganas de comernos el campo, y estar más o menos igual cuando terminamos la jornada, de otra forma la escopeta pesa demasiado a partir de las once, la cabeza se embota pidiendo descanso, la sed nos agobia, y las perdices parecen aves imposibles de poner a distancia de tiro.

Vamos a ello; estamos en puertas de una nueva temporada, y vamos a salir con todas nuestras ganas al campo, no con intención de colgar toda la caza que podamos en las primeras jornadas, ni de hacer perchas de escándalo dos días para después no ver caza el resto de la temporada. El buen perdicero sabe dosificarse en su cazadero y administrar las posibilidades, así que vamos a centrarnos en cómo mejorar nuestro rendimiento con las patirrojas, de forma que con los cartuchos de la canana tengamos de sobra para regresar al coche con una bonita percha.

La preparación

Fundamental, así de claro, el perdicero que no se prepara a conciencia antes del inicio de la temporada, estará a medio gas en cuanto lleve cazando tres o cuatro horas a lo sumo, y entonces tirará mal, y llegará mal a los lances, perdiendo efectividad en la parte crucial de la jornada, la última parte, justo cuando los pájaros están movidos y hay que estar fuertes para recorrer las mejores querencias y tirar en buenas condiciones.

La dejadez y la falta de preocupación sigue rondando nuestro deporte, que para muchos es tan solo una afición a la que se acude como esparcimiento, pero es una afición exigente, hay que ser un buen deportista y estar entrenado, si queremos no sólo evolucionar, sino mejorar los resultados.

Con fama de andarines, los pajareros o perdiceros debemos tener clara la vocación de deportista y prepararnos física y mentalmente para la temporada, y hacerlo cada día, sobre todo en los previos a la jornada de caza y en los posteriores, pues no sólo hay que llegar al cazadero motivados y con ganas de olvidarnos de todo y centrarnos en la caza de la patirroja, también hay que recuperarse bien tras la jornada, pues la temporada a veces es exigente, con varios días de caza a la semana.

Esto lo saben bien quienes tienen que recorrer grandes distancias para cazar en cotos alejados de su casa pues el desgaste físico, esté como esté el tiempo, debe conjugarse con trayectos a veces de varios centenares de kilómetros (en mi caso, muchos fines de semana 900 kilómetros entre ida y vuelta, y la vuelta el domingo por la tarde se hace penosa a veces...), y en este caso, o estás preparado, o sencillamente «no eres persona» el resto de la semana...

A efectos de tiro, estar en buena forma y bien centrados de mente es fundamental, el perdicero cansado o que se resiente al poco de comenzar a cazar, tarda mucho en encarar, es lento en el swing, valora mal las distancias y pierde por ello buenos lances, y sobre esto, poco a poco irá a menos en las ganas de llegar en tiempo donde cree que están las perdices que acaba de volar hace un rato.

Salir a perdices sin criterio alguno y tirar a las perdices que comienzan a volar, es algo frecuente y que deja casi al azar el volumen de la percha.

Cuando los brazos te piden llevar la escopeta en el hombro o sobre el antebrazo, es que no estamos bien entrenados. Espalda, hombros, brazos y muñecas deben trabajarse para que los 3 kilos de la escopeta no sean un lastre a media mañana, siempre hay que ir en disposición de encarar rápido y tirar, ahí tenemos ya la solución a algunos fallos, ya queda menos para colgar las cinco perdices con menos cartuchos...

Y nada de hacernos héroes o atletas de élite si nuestra naturaleza no es esa, cada uno tiene la obligación de prepararse y cazar según sus condiciones, gustos y posibilidades, además de conocer sus límites, ahí radica el equilibrio, si somos de ritmo vivo, mayor preparación en este sentido, y si somos más diesel, pues a entrenar de forma que tengamos buen fondo, nada más, la caza es una diversión, no una obligación o un trabajo.

Asegurar el lance

Si supiéramos situarnos bien en cada lance, y acertar en la forma de entrar a las perdices o moverlas, tiraríamos en mejores condiciones en la mayoría de los casos, ya que si sabemos ponernos a la distancia, jugar con las querencias, y tenemos un perro diestro y muy centrado con la caza, vamos a tirar a buena distancia pájaros que salen con relativa calma, frente a las perdices que se ven obligadas a salir de «mala forma», complicando con su trayectoria variable nuestro disparo.

Esto es algo que no tenemos en cuenta a menudo, pero que es imprescindible. Si queremos asegurar el lance con la patirroja marcada o señalada por nuestro perro, hay que ser listo y ver muy bien el tiradero, calculando hacia dónde querrá volar el pájaro, y entrar de forma que la perdiz salga con la mayor naturalidad posible, aquí, ponerle obstáculos, a menudo significa perder la pieza.

En esto hay opiniones para todos los gustos, desde quienes se aventuran a entrar ellos a la perdiz, a los que prefieren que sea el perro el que la saque tras la muestra, esto cuando podemos, pues en la práctica totalidad de los lances habituales, la perdiz se levanta ella sola, los pájaros del siglo XXI tienen poco de aquellas gallináceas más reposadas y quedonas de hace unas décadas (esto ha sido propiciado en buena parte por nosotros, al tirar cada vez más lejos a la perdiz, soliviantándola, y presionándola demasiado).

Visto así el lance, hay que procurar mover a la perdiz lo que sea necesario hasta que salte o el perro la saque a buena distancia, y cuando digo a buena distancia, me refiero a que salte a no mucho más de veinte metros, lo demás es aventurarnos si no somos demasiado acertados con los disparos rápidos y largos a la patirroja.

Esto se consigue cazándola bien, pues el misterio para asegurar los lances está ahí, en saber cazar, y culminarlo luego, con la perdiz ya a buena distancia, con un disparo acertado, que siempre será más fácil que tirar de entrada a los pájaros que dan el primer vuelo. Si supiésemos esperar el momento adecuado, con un puñado de cartuchos se colgaban unas cuantas, ya lo creo.

Resumiendo, nada de prisas por tirar, hagamos estrategia y «peloteemos» las perdices lo que haga falta, a veces se logra ir tirando en buenas condiciones casi a mediodía, cuando los pájaros ya están repartidos y podemos sacarlos, con trabajo, de las linderas, asomadas, cañadas, barbechos y de todas las zonas propicias para el buen lance.

Valorar las distancias

Podemos estar disparando todo el día a perdices que creemos pueden caer, cuando en realidad estamos poco más que soliviantando a los pájaros de la zona, empujándolos a que vuelen cada vez más lejos, sin empujarlos a las zonas donde se pueden ir quedando, y así, podríamos estar las horas que hiciesen falta, hasta que nos quedásemos sin cartuchos y con la percha, posiblemente, sin peso alguno.

La perdiz, al igual que el resto de piezas, tiene su distancia a efectos de disparo, y salirse de ella es «probar», malgastar buenas ocasiones posteriores, gastar cartuchos, y sobre todo, herir caza a menudo, sin posibilidades de cobro, y esto es lo peor que podemos hacer en el campo.

Cuando hablamos con otros aficionados, algunos te cuentan que abatieron una perdiz a setenta metros, otros que a más distancia, incluso hay quien afirma tirarlas a cincuenta metros con octava, y bajarlas sin problemas. Como no es cuestión de dudar de nadie, que cada cual cuente la película como más le guste, pero nosotros a lo nuestro.

Los metros en el campo menguan o se amplían según el punto de vista de cada uno, de ahí que tengamos que educar la vista con frecuencia para apreciar las distancias en terreno abierto, como base para calcular luego rápidamente si debemos o no debemos tirar a la perdiz.

Algunas referencias al respecto, que nos pueden servir de ayuda, son: a la perdiz que se le aprecian muy bien los colores, podemos tirarla, pero a la que solo nos parece un pájaro pardo, no. En el llano, si escuchamos con viveza el arranque de la perdiz, es que llegamos a poder tirar, aunque sea con el cañón más cerrado, pero cuando sale y solo la vemos, sin oír el aleteo, mejor esperar otra ocasión.

En el olivar, pájaro que se arranca después de la tercera calle, o lo tiramos rápido o mejor dejarlo; cazando en la viña, cuando el pájaro tiene un volumen parecido al de la cepa podada cuando se arranca, es que ya va largo. En el monte, los pájaros que ya encubren los colores, van estando fuera de tiro también.

Estas referencias son muy simples y no están sujetas, lógicamente, a un criterio estricto, es decir, hay ocasiones en que podemos tirar aunque acabemos de comentar que ya no es recomendable, esto hay que valorarlo en la situación concreta, pero a modo de rápida guía práctica, puede servir. Sobre todo ello, un consejo: si nos acostumbramos a cazar primero, y una vez llevados los pájaros donde se puedan aguantar, probar a tirarlos, casi siempre lo haremos en mejores condiciones que si probamos a tirar en los primeros vuelos de las perdices.

La jornada, por partes

Nos queda ya comentar cómo afrontar la jornada para que nuestros disparos sean más productivos, y para ello, nada mejor que dividir en partes o etapas la jornada perdicera, esto nos va a permitir trabajar mejor cada terreno y cada bando, para tirar cuando realmente hay que hacerlo.

Salir a perdices sin criterio alguno y tirar a las perdices que comienzan a volar, es algo frecuente y que deja casi al azar el volumen de la percha. Un día podemos tener suerte y abatir tres perdices en los primeros intentos, y otros, llegaremos a las doce de la mañana casi sin cartuchos, y sin pájaro alguno cobrado.

Salgamos con una cosa clara, hasta pasada una parte de la jornada, raro será tirar con efectividad, la perdiz tiene que moverse, hay que llevar los pájaros, moverlos con tiento, y aprovechar después las características del cazadero, para que nuestro perro saque las perdices a buena distancia de tiro.

Primero, recorrer el cazadero por los lugares donde podemos ir viendo algunas perdices, hay que comenzar por el principio, nada de acudir directamente a las asomadas... Mover caza es fundamental para poder sacarla de donde tiene comodidad y recursos, y llevar a las perdices hacia donde se quedarán, o hacia donde ya querrán volverse.

Así que cacemos en dos o tres fases; primero mover, volar o guiar según el terreno y nuestras posibilidades (no siempre interesa volar los bandos, hay muchas ocasiones en que es mucho más productivo irlos llevando a peón hacia zonas querenciosas para que se vayan quedando algunos pájaros), después tomar el cazadero por partes para recorrerlo en las mejores condiciones (viento de cara, entrar de forma que no se nos salgan los pájaros del coto. etc.), y por último, ir acudiendo allí donde creemos que puede haber perdiz amagada o queriendo volver a su terreno, que es cuando hay ocasiones de tirar en buenas condiciones.

Jugar con el cartucho

Si nos parásemos a pensar con objetividad, muchos de nosotros cambiaríamos la semiautomática por una escopeta de dos cañones, pues la verdad es que podríamos abatir las perdices con mayor facilidad, pues disponer de dos chokes da a menudo mucho más juego que contar con tres disparos pero con un mismo cierre de cañón.

Sea cual sea la escopeta con la que cacemos, es necesario jugar con el cartucho para poder adaptarnos a las necesidades del momento, hay días que comienzan muy calmados y después comienza a levantarse aire, o llueve, siendo frecuente también arrancar a cazar con una buena helada, y terminar a media mañana con un día aplacado de aire y con un sol radiante. Y como la perdiz reacciona según el tiempo y lo acosada que esté en el cazadero, nada mejor que llevar algunos cartuchos para situaciones concretas, pues nos pueden ayudar mucho. Así, y aunque lo ideal es cazar siempre con el mismo cartucho para aprovechar al máximo la respuesta de la munición (llegada, velocidad, mayor o menos apretura del plomeo, etc.), no está de más llevar unos cuantos cartuchos de taco de fieltro, para cuando al final de la mañana sorprendemos a la perdiz en una lindera o en una asomada, y se nos arranca muy cerca, o cuatro o cinco para cuando nos toca dar un llano muy despejado y por mucho que queramos, sólo tiraremos a partir de los 30-35 metros. Como referencia general, y a casi igualdad de velocidad dentro de una misma marca, casi todos los cartuchos de 32 gramos abren menos que los de 34.

Cuestión de confianza y actitud positiva

Otro requisito imprescindible para poder abatir perdices con pocos cartuchos más de los necesarios, es sencillamente tener confianza en uno mismo. Sin entrar en terrenos donde los expertos en psicología nos darían muy buenos consejos, salir al campo bien centrados, dispuestos a poner en práctica nuestros conocimientos según se presente la mañana y las condiciones de la jornada, y sabiendo adaptarnos a las circunstancias confiando en nuestras posibilidades, nos va a dar ya media percha.

Quien sale ya «vencido», mejor que se quedase descansando o mejor aún, que realizara otra actividad, a cazar hay que salir con ánimo, confianza, y muchas ganas, de otra forma la jornada perdicera se hace muy cuesta arriba. Hay que adoptar siempre una actitud muy positiva, saber moverse por el campo por mucha gente que nos encontremos, tocar los puntos estratégicos para volar los pájaros, y una vez llegado el momento estar convencidos de que podemos abatir perdices, resulta imprescindible. Cazar de otra forma, salir viendo sólo las subidas, los repechos, las cañadas que hay que cruzar, lo grandes que son los barbechos, el calor que hace, y dudar ya desde el principio que podamos abatir alguna perdiz, es síntoma claro de que ese día, y en esas condiciones, es mejor dejarlo y no «penar» por el campo. Fuerza y tesón, ánimo, alegría, y seguridad y confianza en nuestras posibilidades, hacen que los disparos a las perdices nos resulten mucho más fáciles.

Cuánto estira una canana?

Pues lo que queramos, según los casos, y según la «alegría» a la hora de apretar el disparador de nuestra escopeta... Con veinticinco cartuchos, y cazando con una escopeta de dos cañones, tenemos para más de doce lances, pues no siempre se disparan los dos cañones. Con una semiautomática, estos lances se pueden reducir a nueve, ya que en más de una ocasión efectuaremos tres disparos a alguna pieza.

Según esto, más de un aficionado pensará que con esos veinticinco cartuchos no tiene ni para empezar, pero si aprendemos a dosificarnos, a tirar sólo cuando hay buenas garantías de abatir la pieza, si dejamos de lado los lances arriesgados, esos disparos sin demasiada técnica que realizamos a veces un poco a la desesperada, notaremos cómo mejoramos rápidamente y cazamos incluso más, pues ganaremos confianza en nuestras posibilidades. Y si tenemos la suerte de tener un buen coto con mucha caza, y podemos abatir más caza, pues a disfrutar de ella, aunque gastemos dos veces la canana. Si la tónica es diferente y nuestro cazadero habitual no depara más de tres o cuatro lances por jornada, apuremos al máximo antes de disparar para intentar asegurar así la pieza que tanto trabajo nos ha costado sacar a tiro.

Por Miguel F. Soler
Fotos: Alberto Aníbal Álvarez y archivo de Cazar Más.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Conejos en postura

Con la nueva temporada, vamos a tratar sobre cómo debemos situarnos en los diferentes lances más habituales en nuestras jornadas de caza, pues no siempre consideramos este aspecto en su valor, por lo que se nos van muchas piezas a las que no tiramos en buenas condiciones, o a las que ni siquiera vemos el tiempo suficiente. Y como todo apunta a que la 2007-08 puede ser una buena temporada conejera, vamos a repasar algunos consejos para tirar mejor a los rabicortos cuando cazamos en postura.

Para el conejero veterano, que da a sus perros veinte o treinta jornadas cada temporada, colgar media docena de conejos entre la maraña no suele resultar complicado.

A pesar de que a mediados de agosto se corría la voz de que se veían algunos conejos enfermos, la extraordinaria densidad de esta primavera ha permitido que aún cazando el conejo en verano, primero sin perros y luego con el trabajo de éstos para poder tirar a los conejos en los manchones y arroyos más complicados, lleguemos a las puertas de la temporada general con muy buenas expectativas.

El tiro del conejo no es ni fácil ni difícil, todo depende de las circunstancias y de nuestra forma de actuar; para el conejero veterano, que da a sus perros veinte o treinta jornadas cada temporada, colgar media docena de conejos entre la maraña no suele resultar especialmente complicado, dada su veteranía y conocimiento de las querencias, posturas, y trochas por las que los conejos se mueven.

Sin embargo, para el cazador que lleva poco tiempo, el conejo siempre va demasiado rápido, muchas veces ni ve al que llevan los perros delante, y sobre todo esto, no sabe aún dónde ni cómo colocarse para cubrir mejor la postura que le toca en la cuadrilla, debiendo recibir las instrucciones de los más experimentados sobre en cuál piedra subirse, o dónde tiene que esperar a que lleguen los perros antes de moverse al siguiente tiradero.

La caza en postura de conejos es una modalidad tradicional, muy popular, y que lleva de la mano el buen hacer de nuestros bravos podencos andaluces, con la astucia e intuición del cazador para decidir dónde sí y dónde no hay que situarse para poder tirar conejos: por ello, vamos a comentar algunos aspectos sobre cómo situarnos para lograr buenos resultados en esta modalidad.

La importancia de ver el tiradero

Cazar en postura requiere mucha picardía, vista, paciencia y rapidez de reflejos por parte del cazador. Un cazador sin picardía no sabrá hacia dónde mirar para ver moverse al conejo que viene delante de los perros, y si espera a tenerlo en un claro bueno para tirar, perderá lance tras lance.

La vista no está referida a la agudeza visual, sino a la claridad de criterio con que miramos los claros y pasillos a buena distancia de tiro, eligiendo los más querenciosos, y sabiendo «ver» el trasteo del conejo que quiere soltarse de la persecución de los perros.

Hay que ver rápido, y donde esperábamos, para colgar conejos en postura en montes difíciles.

La paciencia y la rapidez van de la mano, estar moviéndose continuamente en la postura no sólo alerta a los conejos, sino que hace que pensemos en otras cosas, perdamos la concentración, y nos pasen conejos a los que no nos dé tiempo a tirar: la rapidez, conjugada con una cabeza centrada en la cuestión que tratamos, da como resultado que cuando el conejo asoma en el pequeño claro o pasa por el canalillo entre dos matas, ya estamos encarados esperándolo y entonces ya tenemos el lance ganado.

Centrémonos ahora en cómo «ver» el tiradero para estar bien situado ante el lance próximo. Siempre hay que hacerse una composición del lugar a cubrir con la escopeta, ver las posibilidades, y considerar si en ese tiradero los conejos han de llegar, o por contra estarán cerca y sólo hay que esperar a que se muevan según sienten a los perros.

No nos esforcemos por mirar todas las matas, eso nos termina mareando y descentrándonos de los objetivos fundamentales. Busquemos unas matas claras, que dejan ver el suelo, eso es ideal para ver al conejo que está encamado cerca y que se moverá para huir sin buscar el claro. También hay que buscar los pasillos por los que los conejos suben o cruzan camino del encerradero cuando los perros vienen apretando detrás de él.

Hay posturas de manchón en las que hay que estar media hora esperando que lleguen y pasen los perros; sí, que pasen, pues hay veces en las que los conejos nos entran de vuelta, a recova pasada.

Lo que viene ahora va a tener comentarios en contra, seguro, pero hay que decir las cosas como son: si no sabemos tirar «a tenazón», no lo hagamos, aunque perdamos lances, el disparo realizado con la escopeta mal apoyada, sin encarar bien, con una rapidez fuera de la lógica, a veces provoca plomear a un perro, y sobre esto, no enseña a mejorar. Si no dominamos esta forma de tirar, tradicional, mejor que busquemos una técnica rápida. con encare bien realizado, con un seguimiento rapidísimo del conejo, tirando por delante, pues con técnica se puede mejorar, con disparos realizados «sin saber cómo», nunca se evoluciona. Eso sí, hay cazadores veteranos que son un verdadero espectáculo, un «martillo» tirando a tenazón, pero es que llevan cuarenta años tirando así, y miles de conejos abatidos, y esa es ya, para ellos, la mejor forma de tirar.

Mirando al manchón

En los manchones se dan posturas de espera dentro de las matas y de espera a la salida de las mismas, más las posturas que pueden ir cogiendo los cazadores que van moviendo los perros. Por ser las más generalizadas, tratemos sobre las dos primeras, pues el tercer caso es más dado a tirar según se puede por ir avanzando la escopeta junto a los perros dentro de las matas.


Ni se pestañea en la postura, que de lo que se trata es de dejar que el conejo huyendo de los perros, se nos meta en el tiradero.

Dentro del manchón todo se vuelve mata cuando no tenemos práctica ni conocemos bien ese cazadero, y tanto es así, que hay ocasiones en las que vamos invitados a un coto donde habiendo conejos, ni los vemos... y en esa misma postura, otro cazador conocedor de las querencias y hábitos de los conejos de allí, cuelgue unos cuantos en un rato.

Siempre hay que apostarse en un alto, sea una roca, un pequeño promontorio, el tronco de un árbol caído, un balate o algún punto algo más elevado que el entorno (hay quien incluso hace la postura desde un almendro...). Y quietos, ni se pestañea en la postura, que de lo que se trata es de dejar que el conejo huyendo de los perros, se nos meta en el tiradero.

Busquemos unos cuantos claros y los pasillos con más facilidad para pasar un conejo, busquemos referencias de otros cazaderos similares, pues el conejo sigue, más o menos, pautas parecidas, y si «vemos» un claro que nos llama, seguramente es que por allí puede pasar el conejo, pues en otras ocasiones lo hemos tirado allí, o en zonas parecidas otros claros similares han sido productivos.

No hay prisas, el tiempo lo marcan los perros y su trabajo, hay posturas de manchón en las que hay que estar media hora esperando que lleguen y pasen los perros, sí, que pasen, pues hay ocasiones en las que los conejos nos entran de vuelta, a recova pasada. No nos impacientemos, y atentos a los claros seleccionados, lo importante es cubrir la salida de los conejos, no ver tirar al compañero o estar viendo cazar a los perros a cien metros. Nuestro tiradero, ese es nuestro objetivo.

En las posturas de salida del manchón hay que estar pendiente tanto de las matas donde termina ese manchón, como del terreno aledaño, pues muchas veces el conejo sale de las matas buscando una pedriza cercana o el olivar, incluso el llano, pues nota que hay mucho jaleo de perros en las matas y decide huir hacia fuera antes de que lleguen.

Si el perro aguanta poco, debemos acudir muy rápido y ponernos en posición lo antes posible, pues la salida del conejo puede cogernos mientras buscamos la postura de tiro.

El tiro en estas posturas casi siempre es a conejos sesgados, a derecha e izquierda, por lo que debemos estar siempre muy pendientes a los lados y estar en buena posición para poder girarnos con soltura hacia donde corra el conejo, recordando que hacia la derecha, habitualmente, debemos correr algo más la mano en los disparos que hacia la izquierda, pues el giro de cintura es menor y hay que compensar.

El conejo a muestra

Cazando con perros de muestra los lances difieren bastante a cuando lo hacemos con podencos andaluces o incluso con perros de rastro, caso de los sabuesos conejeros, ya que generalmente con perros mostradores cazaremos avanzando por el cazadero, el perro por delante, sin hacer posturas o cazar quietos mientras el perro busca en las inmediaciones. Aún así, veamos cómo situarnos.

Cazando con perro de muestra, lo fundamental es no ponernos encima del perro puesto, ya que entonces estaremos obligados a tirar muy cerca y muchas veces con el perro detrás del conejo. En esto hay variaciones según el perro y el terreno, pues hay ocasiones en las que un perro rápido se mete encima del conejo y no podemos tirarlo por seguridad.

Así, en cuanto veamos la muestra, y siempre que el perro aguante —en las aulagas y en las esparteras el conejo aguanta mucho con el perro puesto—, debemos mirar muy rápido el terreno y buscar los dos o tres claros por donde el conejo puede cruzar, pues con el perro tan cerca el conejo corre rápido y no gazapea dentro de las matas.


Debemos estar siempre muy pendientes a los lados y estar en buena posición para poder girarnos con soltura hacia donde corra el conejo.

Vistos los pasillos y claros más cercanos y considerando por donde va a entrar el perro al conejo, nos ponemos de forma que oteemos bien la salida y esperaremos a estar bien situados y en guardia media para dar la orden de entrar al perro, lo cual suele hacer por la parte alta de la mata generalmente, aunque la rodee varias veces, a no ser que encuentre el pasillo del conejo, caso en el que debemos variar nuestra posición si tiene más salidas la mata, siendo los lances más complicados pues el conejo puede salir hacia una zona que veamos mal.

Recordemos, nada de ponernos al lado del perro, separémonos un poco, que veremos mejor la carrera del conejo; si el perro aguanta poco debemos acudir muy rápido y ponernos en posición lo antes posible, pues la salida del conejo puede cogernos mientras buscamos la postura de tiro.

Y por último, hay perros que aguantan tanto y que no saben buscar a salida de la mata, que hacen que el conejo salga por donde menos esperamos, incluso hacia el frente del perro; en estos casos, hay que estar prevenidos (conocemos bien a nuestro perro) y dispuestos a tirar cuando el conejo se distancie de nosotros, lo cual no siempre es fácil, buscando un punto bueno en la huida, aunque sea dentro de una mata, pues estos perros no suelen salir pegados al conejo.

Por Miguel F. Soler. Fotos Alberto Aníbal