miércoles, 30 de enero de 2008

EL SETTER IRLANDÉS


Bello por su constitución y su manto de un color rojo próximo al caoba, aúna unas excelentísimas prestaciones en la caza que hacen de él un grandísimo compañero para los amantes de la caza con perros de muestra.

David Rubio Alza y José Antonio Pérez Garrido

Fogoso y nervioso, por su fuerte temperamento este irlandés precisa un adiestramiento sutil y constante

El setter irlandés —también conocido como Setter Rojo, Setter Rojo Irlandés y Gran Rojo— es, como su propio nombre indica, natural de Irlanda. Se trata de un perro de una ascendencia muy antigua, creyéndose que en él han intervenido el Irish Walter Spaniel, los Setters Inglés y Gordon, el Springer Spaniel, el Pointer y el Bloodhound, del que al parecer ha heredado su espléndido olfato.


En la actualidad, resulta muy complicado encontrar líneas de caza de esta raza, puesto que la mayoría de los ejemplares proviene de líneas de belleza.

En un principio, este perro tenía mucho en común con el Setter Inglés, sobretodo en su pelaje, blanco con manchas rojas. Durante la época victoriana, los ingleses, tan amantes de las perfecciones e innovaciones, tomaron por su cuenta esta irlandesa —un setter blanco y rojo— y, sin importarles demasiado sus dotes cazadoras, intervinieron en su pelaje extendiendo las manchas rojas hasta constituir su color único, dejando el blanco a límites muy pequeños, pasando a ser residual y sólo presente en muy pocos ejemplares. Por último, el blanco fue eliminado por completo y el pelaje pasó a adquirir su actual magnificencia, un rojo brillante uniforme que le ha proporcionado a este perro la fama «del más bello de todos los perros de caza».

Paralelamente, se inició una selección hacia sus dotes cazadoras, buscando un perro duro, saludable e inteligente con un gran vigor y capacidad de sacrificio. Sin embargo, su espectacular manto también lo encumbró como perro de compañía durante el siglo XX, y muchas líneas sólo se criaron buscando las mejores características de pelaje en color, densidad y suavidad. Por esta razón hoy en día es difícil encontrar líneas de caza: la mayoría de los ejemplares provienen de líneas de belleza, por lo que el cazador actual tiene difícil encontrar un irlandés apto para la caza.

Sus cualidades venatorias

Es triste que esta raza, que podría considerarse como una joya de la cinofilia tanto por su potencial como por sus capacidades y belleza, se encuentre, precisamente por esta última cualidad, degenerada y escasa en cuanto a su utilidad cinegética actual.


Buen cobrador en tierra y en agua, quizá sea uno de los setters más temperamentales, lo que se convierte en una ventaja: no hay cazadero que se le resista, por muy cerrada y espesa que sea la vegetación.

Sus ojos llenos de bondad y el movimiento de su cuerpo grácil y rápido, junto a su magnífica estampa, han hecho el Setter Irlandés se considere dentro de la categoría de perros de lujo. Por ello ha ido perdiendo sus excelentes cualidades venatorias, pero todavía es posible encontrar irlandeses aptos para la caza, destacando por un cráneo que posee la máxima capacidad que exige la raza y unas características de temperamento que le hacen ser obediente, afectuoso, flexible y jovial, siendo muy raros los ejemplares tímidos y hostiles.

Su agudo y eficaz olfato lo convierten en un perro ideal para la caza de pluma. Se trata de un sagaz rastreador —tanto en la llanura como en el bosque y la montaña— con una muestra firme y rígida y de un buen cobrador tanto en tierra como en agua. Quizá sea demasiado impetuoso, siendo considerado el más fogoso y temperamental de los setters. Esto supone también una ventaja, ya que no habrá cazadero que se le resista, por muy cerrada y espesa que sea la vegetación. Goza además de una gran resistencia física y rapidez, gracias a su conformación corporal equilibrada, proporcionada y atlética, con un buen desarrollo muscular y una sólida osamenta.

En conjunto, si optamos por adquirir un Setter Irlandés para nuestras correrías tenemos que tener presente que estamos ante un perro que va a recorrer mucho terreno —algo que a muchos cazadores atemoriza—, de muestra firme y segura, resolutivo en la guía y buen cobrador. Pero tendremos que realizar con él una correcta obediencia básica para que el resultado final en la caza sea el esperado.

Adiestramiento


Por la selección que ha sufrido hasta conseguir su manto rojo, las principales enfermedades que puede presentar este perro son de tipo hereditario.

Nos encontramos ante un perro que demuestra un grado alto de inteligencia según la clasificación de las razas por su nivel de inteligencia y obediencia de Stanley Coren. Tiene fama de testarudo, pero este comportamiento sólo se debe a su forma de responder ante los errores cometidos por su adiestrador, por lo que debemos poner especial cuidado en las formas y maneras que tomemos durante el adiestramiento. Además, al tratarse de un perro de fuerte temperamento, fogoso y nervioso, unido a todo lo anterior, hace que el Setter Irlandés requiera un adiestramiento sutil y constante, ya que tiende a ser algo independiente.

Así pues, necesitaremos llevar a cabo un adiestramiento fuerte en cuanto a obediencia se refiere hasta crear un vínculo entre nosotros y el perro que no desencadene en situaciones incómodas de testarudez o independencia en la caza.

Principales patologías

Por su agudo y eficaz olfato es un perro ideal para la caza de pluma: sagaz rastreador, muestra firme...

Es un perro muy bien conformado, con lo cual, a priori, no nos dará muchos problemas veterinarios. Sí que es necesario tener presente que un cuidado adecuado de su pelaje es fundamental: habrá que cepillarlo después de cada jornada de caza.

Por la fuerte selección genética sufrida hasta obtener su manto rojo, las principales enfermedades que puede llegar a presentar son de tipo hereditario, si bien su presentación tiene una baja incidencia en la raza. Podemos destacar:

-Deficiencia canina en la adhesión leucocitaria (CLAD). Se trata de una enfermedad autosómica recesiva y por tanto capaz de transmitirse desde padres portadores a su descendencia. Su principal característica es que los cachorros afectados sufren de infecciones recurrentes, especialmente de los tejidos blandos —enteritis, neumonitis, periodontitis...—, los cuales bien fallan en la respuesta a la infección o recaen luego de un tratamiento convencional, muriendo normalmente antes de alcanzar la edad adulta. Se debe a una deficiencia en la capacidad de adhesión de los leucocitos, de modo que los cachorros afectados no pueden combatir enfermedades bacterianas comunes. Es la única raza de perros en que se ha descrito.

-Retinitis pigmentosa. Se trata de perros que nacen ciegos por un defecto en uno o varios de los genes que codifican la producción del pigmento necesario para percibir la luz. Se trata de una enfermedad incurable, de modo que el cachorro permanecerá ciego toda su vida. Sin embargo, la búsqueda de solución para la misma enfermedad en humanos ha llevado a experimentar una técnica genética en perros con buenos resultados, si bien, a día de hoy, es casi impensable trasladarla a nuestros perros de caza.

martes, 29 de enero de 2008

Ecologistas, agricultores y sindicalistas, a favor de la ley y en contra de la manifestación

28/01/2008 | CdC

Las organizaciones agrarias COAG y UPA, los sindicatos CCOO y UGT y las organizaciones ecologistas Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/Birdlife y WWF/Adena, con el apoyo de OCU, todos ellos miembros de Consejo Asesor de Medio Ambiente (CAMA), han difundido en nota de prensa las razones por las que están a favor de la ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad y en contra de la manifestación del 1 de marzo.
El contenido del comunicado es el siguiente:

Habiendo conocido la convocatoria de manifestación que bajo el lema Por el Campo, la Caza y la Conservación ha sido convocada por diferentes entidades para el próximo día 1 de marzo, las organizaciones anteriormente citadas manifiestan:

1.- Que los argumentos esgrimidos por los convocantes para justificar esta convocatoria no se ajustan al contenido de la ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad, que ha sido tramitada con una amplia participación e informada favorablemente por el propio Consejo Asesor de Medio Ambiente (CAMA).

2.- Que dicha ley no persigue la expropiación de terrenos privados, no produciéndose en este sentido ninguna modificación respecto a todas las legislaciones existentes desde hace décadas.

3.- Que no es una ley contra la caza y no prohíbe ninguna modalidad cinegética que no incluyan ya las propias directivas europeas de obligado cumplimiento para el estado español. La ley tampoco prohíbe el uso de munición de plomo en toda la Red Natura 2000 como argumentan los convocantes.

lunes, 28 de enero de 2008

viernes, 25 de enero de 2008

ENTREVISTA A JOSE ANTONIO CAMACHO

Fútbol, caza y mus

Hablamos con José Antonio Camacho, ex-seleccionador español y actual entrenador del Benfica portugués, que nos habla de una de sus aficiones y vías de escape tras un duro partido: la caza.

Isabel Elola Medio / Ángel Vidal

Yo recomendaría empezar con faisanes o codornices porque, se diga lo que se diga, también es importante cobrar la pieza

—Nació en Cieza, Murcia, y allí desde pequeñito sus tíos le metieron la bicha de la caza en el cuerpo. Así que, a Camacho, la afición a la caza de casta le viene al galgo...

—Efectivamente, mi afición viene por tradición familiar. Mi familia es una gran aficionada a la caza y a la pesca y yo lo he visto en casa siempre.

—Y desde pequeñito al campo.

—En Cieza recuerdo vagamente haber salido con mis tíos. A los siete años me trasladé, con toda mi familia, a Albacete, y allí ya sí recuerdo con mucha más exactitud mis inicios en la caza. Además, me encontré con que el padre de mi novia, hoy mi mujer, era un loco de la caza. Así que imagínate.

—Y siempre a la menor.

—Siempre a la menor. Alguna vez he hecho mis pinitos con la caza mayor, en monterías o ganchos con los amiguetes, pero a mí lo que realmente me gusta es la menor.

—Las perdices...

—Sí, las perdices. Creo que es la caza más bonita y seguramente de las más difíciles que hay, aunque yo recomendaría empezar con faisanes o codornices porque, se diga lo que se diga, también es importante cobrar la pieza.

—Así que, tu primera pieza fue un faisán...

—No, mi primera pieza fue una liebre. Me acuerdo perfectamente. Íbamos de caza con uno de mis tíos, vimos la liebre en la cama y mi tío me dijo: «Ponte aquí y cuando salga la dejas correr; la apuntas a las orejas y ¡zas!, al suelo». Y así fue. Ahí aprendí a apuntar, porque al principio, como en casi todo, uno apunta mal.

—Y una vez que sabes, perdices con perro...

—Eso es lo más bonito del mundo, aunque yo desgraciadamente no tengo perro de caza. Tengo un labrador, pero no he tenido tiempo de educarle, no sabe cobrar. Y bien que lo siento.

—Y seguro que tendrás alguna querencia...

—Dices a la hora de cazar... (risas).

—Claro, claro...

—Cazo en Villanueva de la Jara, un pueblecito de Cuenca, en un coto que se llama «La Gloria”, donde, además, la familia de mi mujer tiene una granja de perdices que produce más de sesenta mil ejemplares. Allí es donde me pierdo en los pocos ratos que tengo, y, por cierto, que es el lugar donde dieron sus primeros pasos Manolo Sanchís o Rafael Martín Vázquez.

—Dices perdices de granja, pero donde esté una perdiz salvaje...

—Sí, donde esté una perdiz salvaje y un tomate de Morata o un melón de Villaconejos... Ya sabes el chiste ese, del bidé y la máquina de cortar jamón, ¿no?

—Sí (risas)...

—Pues eso. Estamos en el siglo veintiuno y no nos queda más remedio que adaptarnos a los tiempos que vivimos. Además, entre una perdiz de granja, si se es serio y la selección está bien hecha, y una criada en el campo, la diferencia no es la genética, sino el comportamiento.

— Sanchís nos dijo en una entrevista que fútbol y caza tenían algo que ver. Que el futbolista también era una especie de cazador que dependiendo del puesto que ocupara tenía una presa determinada y trazaba una estrategia para conseguirla.

—Es cierto, a mí me gusta utilizar otra similitud entre la caza y el fútbol, y es que tanto en el fútbol como en la caza, los lances no se repiten. A ti te sale una perdiz y la falles o no, el lance ha terminado. La próxima vez que te salga no tendrá nada que ver con la anterior y deberás volver a estar concentrado. En el fútbol pasa igual, cuando terminas una jugada, acabe en gol o no, empieza otra, y lo anterior no vale para nada. Para cazar o para jugar al fútbol hay que ser mentalmente muy fuerte, porque si no, el contrario (en el caso de la caza, la pieza), te gana.

Para cazar o para jugar al fútbol hay que ser mentalmente muy fuerte, porque si no, el contrario (en el caso de la caza, la pieza), te gana

—Entonces, la noche anterior a un ojeo tú te pasarías por las habitaciones de los tiradores diciendoles: «Tú, ¡treinta y seis! ¡A ti, no se te va ni una de pico! ¡Las cruzadas, todas tuyas!...»

—Si me fuera algo en ello, no te quepa la menor duda. La mentalización para todo es muy importante; tienes que tener confianza en ti, y estar convencido que las piezas que salgan, las vas a abatir.

—Por tanto, tú no prohibirás cazar a tus jugadores...

—Los jugadores en general tienen prohibido practicar actividades que impliquen un cierto riesgo. Yo creo que la caza difícilmente puede considerarse una práctica de riesgo, como bien nos demuestran las compañías de seguros. Además, para un futbolista, sometido a unas presiones brutales, puede ser una válvula de escape.

—Entonces, tú lo recomendarías...

—¡Ojo con lo que decimos! Si un jugador en su día libre me comenta que ha estado de caza, no pasa absolutamente nada; ahora bien, lo que no puede hacer es pegarse una paliza de ocho horas, subiendo y bajando monte como si en ello le fuera la vida. La caza es relax, y si a un futbolista le sirve para relajarse, es algo positivo.

—O sea, que tú entiendes la actividad cinegética con poco sudor...

—Je, je, je... ¡qué mariconcete! Pues sí, como es público y notorio sudo más en el banquillo, donde estoy sometido a una presión terrible y a un estrés agobiante. Cazando no estoy sometido a esas presiones, me relajo, disfruto de la compañía de mis amigos, juego al mus...

—Y algo cazarás...

—Hombre, no se me da mal del todo, pero yo no estoy obsesionado con cobrar las piezas. No es el fin último.

—Pues hay gente que no piensa eso.

—Como dijo un famoso torero «hay gente pa tó». Hoy día todo el mundo opina de todo y sabe de todo. Y tanto el fútbol como la caza son un buen escaparate para que algunos ignorantes puedan llamar la atención. La caza es algo tan íntimamente ligado al hombre que es difícil imaginar el uno sin la otra. Aunque debido a la evolución la caza se manifieste de distintas maneras.

—Y si se dejara de cazar, ¿te imaginas qué pasaría?

—Me puedo imaginar que esas inquietudes se desviarían hacia otras actividades, a lo mejor no tan sanas; me puedo imaginar muchos puestos de trabajo perdidos; me puedo imaginar industrias cerradas; me puedo imaginar el terrible desequilibrio ecológico que se produciría; pero lo que no me puedo imaginar es qué soluciones iban a adoptar para equilibrar el medio.

—No nos pongamos trascendentales y volvamos a disfrutar. Caza y fútbol, fútbol y caza. «Conejo», Saviola; «Puma», Hugo Sánchez; ¿«Buitre», Emilio Butragueño?

—Eso es porque era un carroñero dentro del área. Balón que caía muerto, para él, y gol. Un portento El Buitre.

—Y Johan Cruyff una gacela...

—Johan Cruyff era de todo. Para pararlo había que adivinar por dónde iba a salir, por dónde pasaría, qué saltos iba a dar, qué velocidad iba a desarrollar... Pararlo era muy difícil.

—Pero a ti no se te daba mal...

—Es que como soy cazador, sabía adelantarle el tiro.

—Y Zidanne...

—Para, para. A ver si por pasar un buen rato alguno se mosquea y es peor, que ahora la gente se mosquea muy rápido.

—Tú cazarás con Carcelén...

—¡Ja, ja...! Es que el pobre quedó huérfano de pequeño y lo he tenido que adoptar. ¡ Ja, ja, ja...! En serio, es un gran amigo mío y llevamos juntos desde que teníamos ocho años, y de vez en cuando sí que hemos ido juntos de caza.

—...Y con Del Bosque.

—Con Vicente cacé en La Gloria la última Navidad que él estuvo como técnico del Madrid. Después nos fuimos a comer y a jugar al mus, donde siempre gano...

—Ya estamos...

—Cuando quieras.

—Nos jugamos las copas.

—Vale.

—Vas a estar treinta y dos años sin ganar.

—¡Pero luego me hincho! Mi pareja es Del Bosque.

miércoles, 23 de enero de 2008

Andalucía regula la certificación de la calidad cinegética

7.500 cotos podrán solicitarla
23/01/2008 | CdC

El Consejo de Gobierno ha aprobado el decreto que regula la certificación Calidad Cinegética de Andalucía, distinción creada para otorgar reconocimiento oficial a los titulares de cotos de caza que cumplan una serie de requisitos especiales de gestión sostenible y conservación de la biodiversidad de hábitats y especies.

Además de las cuatro reservas andaluzas de caza gestionadas por la Consejería de Medio Ambiente, podrán solicitar la certificación los más de 7.500 cotos de la comunidad autónoma. Una vez obtenida, los titulares podrán usar el distintivo para sus aprovechamientos cinegéticos.

Entre otros requisitos, se exige el mantenimiento de la pureza genética de la fauna cinegética de los cotos, el control de número de animales, la prohibición de introducir especies exóticas y la prioridad para las autóctonas, la restauración del equilibrio de especies vegetales y la correcta gestión forestal y de las estructuras de lindes, caminos, veredas y arroyos. A ello se añaden criterios de adecuación de las prácticas agrícolas al entorno y de dotación de un personal amplio y cualificado para cumplir estos fines.

Las entidades encargadas de conceder el distintivo estarán acreditadas y autorizadas por la Consejería de Medio Ambiente y serán independientes respecto de cualquier tipo de asociación o institución relacionada con la caza. La Consejería inspeccionará tanto la actuación de estas entidades como la calidad de los aprovechamientos certificados.

La actividad cinegética cuenta en Andalucía con más de 475.000 practicantes y genera un movimiento económico anual cercano a los 1.500 millones de euros. Los terrenos dedicados suman más de 6,9 millones de hectáreas, de las que 5,2 millones corresponden a caza menor y 1,7 a caza mayor.

EL ARTE DE LA CAZA CON RECLAMO

Considerar arte esta apasionante modalidad no es más que una realidad para los que la practicamos; así como hay personas que desde muy temprana edad tienen una virtud especial para la música, el toreo, la escultura, el dibujo o la interpretación, los jauleros nacen y se hacen con el tiempo, con la paciencia necesaria y el perfeccionismo impreso en su carácter.

David L. Amador Fontalva

La práctica de tan arraigada modalidad data de la época romana en la Península

Algunos, con el paso de este tiempo y después de probar las sensaciones vividas dentro de un puesto, se aferran a esta modalidad y ya no hay manera de que lleguen a dejarla mientras las fuerzas se lo permitan. No han nacido en cuna jaulera, no han heredado esos genes, pero sí que los han ido desarrollando, volcándose apasionadamente en este arte, descubriéndolo y huyendo de tópicos creados por quienes nunca lo han practicado y, por tanto, lo desconocen. Entonces se dice que ha nacido un jaulero, cuando la modalidad entra en vena y se enquista de por vida.


El reclamo en el tanto hará, con sus cantos batalladores y corteses, entrar en plaza al par dominante de la zona.
© David L. Amador.

Así como el pintor no muestra dificultad a la hora de realizar una obra artística, el jaulero cuenta con la misma facilidad cuando prepara a sus pollos y reclamos antes, durante y después de cada temporada, cuando encuentra el sitio apropiado para realizar el puesto, cuando confecciona un puesto o un tollo y cuando disfruta del trabajo realizado por su pájaro. Este doctorado se alcanza con el trascurso de puestos y años, hacen falta muchísimos celos vividos para obtener tan preciado don, y pese a que es una modalidad de aprendizaje permanente, muchos no llegan a rozarlo y se quedan por el camino, quizás entienden el reclamo de otra manera.


Hoy en día los antiguos aguardos de ramas han sido sustituidos por puestos portátiles de tela de camuflaje, desde donde es más sencillo ver lo que sucede a nuestro alrededor, y además son más cómodos y fáciles de transportar. © David L. Amador.

Esta tradicional modalidad huye de los tópicos de las demás, no existe persecución o acoso a la pieza; el jaulero sale al campo a disfrutar del trabajo de su reclamo, pues será éste quien con sus cantos batalladores y corteses harán entrar en plaza al par dominante de la zona. Sólo para aquellos elegidos, testigos privilegiados, que hemos tenido la fortuna de ver entrar un macho valiente en ella, enmoñado buscando a su rival, como un auténtico meteoro, arrastrando ala y afilándose el pico en el suelo, esa imagen nos vale para toda la temporada e incluso para recordarla durante muchos años.


Tan importante como tener un buen reclamo es preparar un puesto adecuado desde el cual disfrutar del trabajo de un pájaro. © David L. Amador.

Pero no atendamos a engaños, las circunstancias que deben darse para que el fin de la contienda sea el de abatir al macho o a la hembra del par, no son tan fáciles como aparentan, pues aquí cabe decir que el número de disparos que un jaulero realiza a lo largo de toda la temporada es irrisorio.

Las circunstancias no siempre acompañan, se dan muchos inconvenientes para que el puesto se pueda desarrollar de manera ideal, nos encontramos con días desapacibles de aire, frío excesivo, lluvia intensa, niebla... días ideales en los que casualmente aparece un rebaño de ovejas o cabras, esparragueros, taladores, senderistas, días de águilas, buitres, perros abandonados, el campo flojo o pasado de celo... un sinfín de circunstancias. Incluso así el ánimo del jaulero siempre es optimista, siempre huirá del disparo rápido, pues con él viene el final del lance y lo importante de la caza con reclamo de perdiz es lo previo a ésta.

PERÍODOS HÁBILES DE LA PERDIZ ROJA CON RECLAMO MACHO 2007/2008

ANDALUCÍA: serán hábiles para la caza todos los días de la semana comprendidos en los siguientes períodos hábiles, teniendo en cuenta que para las provincias de Almería, Granada y Jaén, los titulares de los aprovechamientos cinegéticos podrán elegir entre los períodos señalados, debiendo hacerlo así constar en el correspondiente plan técnico de caza. Almería, Granada y Jaén: del 7 de enero al 17 de febrero; del 21 de enero al 3 de marzo; y del 18 de febrero al 31 de marzo. Cádiz y Málaga: zona única, desde el 8 de enero al 18 de febrero. Huelva, Sevilla y Córdoba: zona baja: desde el 8 de enero al 18 de febrero; zona alta, desde el 15 de enero al 25 de febrero.

BALEARES: se permite la caza de la perdiz con reclamo macho en todos los cotos de todas las islas y en los terrenos libre de Menorca. Mallorca: del 30 de diciembre al 27 de enero. Menorca, Ibiza y Formentera: del 18 de diciembre al 27 de enero.

CASTILLA-LA MANCHA: del 1 de febrero hasta el día 14 de marzo, únicamente en terrenos sometidos a régimen cinegético especial.

EXTREMADURA: en terrenos acotados y de aprovechamiento cinegético común, desde el tercer sábado de enero al cuarto domingo de febrero, en la provincia de Badajoz, y desde el último sábado de enero al primer domingo de marzo, en la de Cáceres, durante sábados, domingos y festivos de carácter nacional o regional. El número máximo de perdices autorizado por cazador y día será de cuatro, excepto en los cotos intensivos en los que se hayan realizado repoblaciones de perdiz roja.

MURCIA: no hay limitación de días hábiles dentro del período establecido para esta modalidad de caza. El cupo por cazador y día se establece en cuatro ejemplares. Zona baja o de la costa: desde el 30 de diciembre al 10 de febrero. Zona media o del centro: desde el 13 de enero al 24 de febrero. Zona alta o del noroeste y del altiplano: desde el 3 de febrero al 16 de marzo. Ha nacido un jaulero cuando la modalidad entra en vena y se enquista de por vida.

Hay ocasiones en que se produce un indulto involuntario por aguantar excesivamente en plaza al campo, pues no nos cansamos de verlos allí, mostrando con total naturalidad los atributos que posee tan perfecta ave; otros son merecidos por aquellos protagonistas que por casta, valentía y labor realizada lo merezcan; entramos con ello en lo selectivo de esta modalidad. Para una adecuada gestión del coto y dependiendo del número de machos o hembras, pájaros viejos y hembras viejas, que son menos adecuados para la cría, se podrá realizar una selección acorde a su gestión.

Lo anterior es parte de esta modalidad, de este arte apasionante y apasionado por quienes los practicamos y tan puesto en duda por los que no se han tomado la molestia de intentar comprenderlo, estudiarlo y analizarlo con detenimiento. Debe ser así, pues la práctica de tan arraigada modalidad, data de la época romana en la Península, representada en grabados y mosaicos de la época, utilizándose el mismo tipo de jaula que se viene empleando en la actualidad; evidentemente, los materiales han ido cambiado y se han modernizado, pese a que aún y en nuestros días, se emplean jaulas confeccionadas con ramas de olivo, esparto y mimbre.

El método igualmente empleado, red, piedras, lazos y flechas... ha sido paulatinamente sustituido por la escopeta; distintos calibres son utilizados para el puesto, siendo los más usados el calibre 16 y el que impera en nuestros días, el 12; al unísono las escopetas de perrillos han dado paso al empleo de paralelas, superpuestas e incluso semiautomáticas.


También los pulpitillos se han modernizado y las antiguas construcciones con piedras o ramas se han cambiado por tantos metálicos.
© José David Gómez.

El puesto o aguardo que antes se realizaba con ramas o piedras se sustituye, en aquellos cotos donde se practican otras modalidades de caza menor, por el portátil, que también ha sufrido alguna mejora en la actualidad, llegándose a emplear últimamente una tela camuflada y traslúcida que deja visualizar lo que acontece a nuestro alrededor y que, a su vez, siempre y cuando su ubicación sea en la sombra, nos oculta de la visión de las camperas.

El tanto o pulpitillo se sustituye por uno artificial, normalmente realizado en hierro o acero, que hace las veces que antes realizaban aquellas auténticas obras de ingeniería y construcción en piedra o con la utilización de las ramas de cualquier lentisco, taraje u olivo. No era un trabajo fácil la confección de estas plazas realizadas con el máximo de los esmeros y personalizadas de tal forma que denotaban quién era el jaulero que las había realizado por el cuidado y mimo empleado en ello.

Todavía perduran en muchísimos de nuestros cotos, bautizadas con nombre propio, quizás de su primer hacedor o de alguna anécdota acontecida en su lugar, que año tras año se van arreglando, pues el devenir del tiempo inevitablemente va dejando huella en éstos…

martes, 22 de enero de 2008

Lo mismo de siempre

Sebastián Torres

La semana pasada me quedé entusiasmado con un documental en La 2. Hacía tiempo que la segunda cadena no me enganchaba tanto en la sobremesa, pero el del otro día era un documental muy interesante. Se titulaba algo así como Nómadas del cielo y explicaba las migraciones de las aves desde la Europa fría de los países escandinavos y bálticos hasta el cálido Mediterráneo a una y otra orilla del Estrecho de Gibraltar: gansos, patos, grullas, estorninos y palomas torcaces. El reportaje era ciertamente espectacular por las imágenes de aves en pleno vuelo (en algunos casos con ayuda informática) y porque me hizo recrear mentalmente la fiesta que debe de ser la Francia central cuando, a principios del otoño, confluyen en ella los millones de pájaros en busca del cálido sol. Todo muy bucólico e interesante… hasta que los guionistas del reportaje cayeron en el mismo error y el mismo tópico de siempre.

La voz en off decía algo así como que las palomas torcaces, unas aves valientes que desafían los vientos y las distancias, encuentran en su recorrido nómada un gran obstáculo: los Pirineos. Cruzarlos es una hazaña, porque pueden morir en el intento. Y entonces se escucha un disparo. «Los cazadores». La música melódica que acompañó todo el documental cambia de manera repentina por algo así como la banda sonora de una película de suspense con detonaciones de fondo, disparos contra palomas que vuelan en grupo y en círculo, subiendo para coger altura mientras se convierten en un pim, pam, pum fácil de abatir. Cae una, y otra, y otra…

Esta imagen distorsionada de la caza y los cazadores es aún peor cuando se presenta a las aves humanizadas, como animales que piensan, razonan y hablan, como la garza que cuenta a los espectadores —a ella corresponde la voz en off— el recorrido que hacen ella y toda su familia desde que parten de Finlandia hasta Doñana.

La misma verdad de siempre: los cazadores son unos asesinos y los animales hablan.