lunes, 27 de agosto de 2007

¿Cuántos hemos firmado?

Manuel F. Villén

Hace poco, concretamente a principios de Junio del corriente año, José Ignacio Ñudi, director de la revista Trofeo, escribía en esta misma sección de Diario de Caza sobre la iniciativa tomada por la Asociación Armera y la Oficina Nacional de la Caza para recoger firmas del mayor numero posible de cazadores con el fin de pedir la modificación de varios artículos del actual Reglamento de Armas, unos artículos que aunque él no especificaba, decía que se podían ver escritos en un artículo en la revista Trofeo del mes de Junio, firmado por Juan Francisco Paris.

Las modificaciones del actual Reglamento de Armas, que con el respaldo del mayor numero posible de firmas de cazadores iban a pedir la Asociación Armera y la Oficina Nacional de la Caza, eran todas ellas de sumo interés para los cazadores, entre las que se encontraban entre otras, que las revistas de armas y los armeros de seguridad desaparecieran; cambios en beneficio del cazador en la licencia de armas; que el cazador pueda tener o poseer más escopetas de las que actualmente puede tener o poseer; mayor facilidad a la hora de prestar o que te presten un arma, así como otras propuestas más que no comento pero que como ya he dicho anteriormente son por el bien del cazador, todas ellas, hechas con unos argumentos totalmente lógicos.

Para poder firmar los cazadores y hacer firmes estas peticiones, decían que en cualquier armería podíamos hacerlo, ya que a ellas iban a mandar los impresos en los que se podían ver todas las peticiones de cambio del Reglamento que se iban a hacer y en los que se podía firmar.

La verdad es que nos lo ponían muy fácil, ya que, ¿quien no pasa por una armería a comprar algo o simplemente por su puerta al desplazarse de un sitio a otro? Yo creo que todos desde esas fechas si no hemos ido expresamente a una armería a comprar hemos pasado por su puerta seguro, así que lo normal es que ya hayamos firmado todos los cazadores, pues más fácil y cómodo no nos lo pueden poner, sobre todo a los que vivimos en ciudades grandes donde las hay a montones y, a los de pueblos donde no hay armerías, pues supongo que la Oficina Nacional de la Caza habrá enviado el impreso donde se puede firmar a la asociación local de cazadores o a otro lugar donde los cazadores puedan acercarse a estampar su firma, algo que para nada es dificultoso o complicado ni para la O.N.C. ni para los cazadores.

Eso es lo que realmente espero, que ya hayamos firmado todos los cazadores algo que, además de ser por nuestro bien, nos lo han puesto de lo mas fácil posible para hacerlo. Aparte, claro está, que al habernos puesto la cosa tan a huevo, lo tenemos más que facilísimo para mostrar ante la administración una unidad que jamás hasta ahora hemos mostrado ante nadie.

Aunque quien sabe, si aun habiéndonos puesto la cosa tan fácil no hemos firmado ni la mitad de la mitad de los que luego nos quejamos por todo y decimos que la culpa de nuestras desgracias como cazadores vienen de la poca unión que hasta ahora le hemos demostrado a quienes teníamos que habérsela demostrado hace muchos años. En fin, ¿quien sabe, si quejarse es más fácil para nosotros los cazadores que estampar una simple firma en un papel? ¡¡¡País!!!

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