miércoles, 25 de julio de 2007

Cazadores solamente

José Luis Garrido

A mi amigo Leonardo de la Fuente, que hila la caza "A Tenazón", le han encomendado con acierto hacer el suplemento para la revista LINDE Y RIBERA de Castilla y León. Me pide que para el primer suplemento (Revista Nº 50)le escriba algo sobre una actividad que nos ha hecho amigos y apasiona a los dos. Pues, ¡A tus órdenes! Leo.

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Con demasiada frecuencia, se estigmatiza al cazador porque mata animales durante el desarrollo de la actividad venatoria. Decía el maestro Delibes, en Los motivos del cazador, «cuanta mayor es la violencia instalada en la vida moderna, mayor empeño ponen algunos en depurar de agresividad aspectos puramente fruitivos como puede ser la caza», y añadía: «El español empecinado en una postura suele mostrarse recalcitrante». No obstante lo dicho por Delibes,intentaré dar una visión de la actividad venatoria, aunque sólo sea para consumo interno porque, fuera del gremio, argumentar no es suficiente.

Matar animales es rutinario, incluso por los que nos insultan. Todos matamos animales: Unos sin desearlo, como los miles de animalillos que destruimos al desplazarnos en coche; otros adrede porque son peligrosos y la sociedad pone mecanismos de defensa a través de raticidas, etc.; un tercer grupo por la razón contraria: son el alimento que obliga a ganadería y pesca a matarlos. Hay un cuarto grupo de menor cuantía que lo conforman las especies cinegéticas que matamos los cazadores regladamente. En definitiva, mueren millones de animales diariamente y, sin embargo, parte de esta sociedad sólo es sensible ante los animales matados durante la caza.

Pero no es por sensibilidad ante la muerte; algunos de estos mismos, tan afectados porque mueren animales, no se inmutan ante el hambre que mata diariamente a millones de niños, mientras todos miramos para otro lado. Luego no es solidaridad con el muerto, es otra cosa.

Hay evidencia de que si no cazáramos y no existiera el gremio cinegético, los poderes públicos tendrían que crear el Cuerpo de Cazadores del Estado. El erario público tendría que pagar a estos profesionales como a bomberos o policías. Algunos Parques Nacionales son ejemplos de pagos ingentes por la caza de oficio. Podría llegar el día en que los cazadores en lugar de pagar por cazar recibamos un estipendio por controlar animales, que nacen en dimensiones superiores de las que permite el medio, según quedó evidente Charles Darwin. Se producen más especies de las que puede sostener el territorio que en ocasiones ve superada su capacidad de carga. Ello obliga a las especies a una batalla a muerte por la existencia. Lo dicho, es la base darviniana sobre la selección natural: La naturaleza selecciona a los mejores, según apuntaba con certeza el científico en El origen de las especies. Y, además, comen y hacen daños a la agricultura, depredan produciéndoselo a la ganadería, trasmiten enfermedades por saturación natural provocando epizootias entre ellos, o se ponen en medio de la carretera para que unos dejen los cuernos sobre el asfalto y a veces, los humanos conductores dejen allí la vida.

Por capturar especies cazables es por lo que algunas personas nos llaman asesinos. Todos estos que nos tachan tan arteramente, procuran buscarse un asesino a sueldo, que es el pescador o el ganadero, que pone a su disposición la langosta, o el solomillo de venado.

La acepción que atribuye la Real Academia a asesinar es: «Matar a una persona con premeditación, alevosía, etc.». Pero ese verbo se utiliza con intenciones deletéreas para definir la caza legal de un animal, haciendo un uso desproporcionado de la lengua para denostar a una actividad que practicamos en España alrededor de un millón de representantes de todos los comportamientos humanos.

La etimología de asesinar, viene del árabe hassasin = los bebedores de hachís. Si en sus raíces los asesinos se denominaron así por su relación y afición al hachís, tengo la impresión de que esas son costumbres más cercanas a los que habitualmente nos insultan, que propias de los cazadores.

Nuestro deporte es muy sencillo de definir: Cazar, del latín captiare, de captare, coger: Es coger o buscar o seguir a los animales para cobrarlos o matarlos, según el DRAE. Pues eso, los que cazamos con todas las prerrogativas legales, no debemos ser definidos de ninguna otra manera, somos solamente eso: cazadores.

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